Cientos de musulmanes pakistaníes marcharon hoy en la ciudad pakistaní de Lahore gritando consignas donde exigían que los dibujantes de la revista francesa Charlie Hebdo sean ajusticiados en la horca por dibujar al profeta Mahoma en su última portada.
"¡Abajo Charlie Hebdo", decían algunas de las pancartas que portaban. "Hacer dibujos del profeta es blasfemia, es el peor acto de terrorismo. Los que hicieron el boceto deben ser colgados de inmediato", decía otra pancarta.
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Además, el Parlamento pakistaní advirtió hoy que las publicaciones de caricaturas de Mahoma "son intentos deliberados de incitar a la violencia", que dan "oportunidades a los terroristas de capitalizar sentimientos públicos" de los musulmanes.
Una resolución aprobada por unanimidad en la Asamblea Nacional o Cámara Baja de Pakistán condenó "enérgicamente" la publicación de estas caricaturas "blasfemas" en la revista Charlie Hebdo, víctima de un atentado de terroristas islamistas el pasado 7 de enero en París, con doce muertos.
El texto, leído por el ministro de Ferrocarriles, Khawaja Saad Rafique, critica la reproducción de estas imágenes en medios de comunicación occidentales al considerar que "la libertad de expresión no debería ser mal utilizada para atacar sentimientos públicos y creencias religiosas".
La declaración cita el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, que prohíbe "toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia".
"Estos malintencionados ataques representan discursos de odio", que "crean discordia y amplían los malentendidos entre civilizaciones", añade la resolución.
El texto condena "cualquier tipo de violencia bajo cualquier pretexto" porque el islam "es una fe de paz y tolerancia".
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Pakistán es una república islámica y cuenta con la segunda mayor población musulmana del mundo tras Indonesia, ya que alrededor del 97% de sus cerca de 180 millones de habitantes profesan esa fe.
El país asiático mantiene una dura ley antiblasfemia heredada de la época colonial británica, que en la práctica se usa contra las minorías religiosas y que prevé incluso la pena de muerte, aunque nadie ha sido ejecutado. Los intentos de reformarla han sido frenados por integristas islámicos.
El Parlamento del vecino Afganistán condenó ayer también el nuevo número del Charlie Hebdo por considerarlo "blasfemo".
El semanario satírico, en su primer número tras el atentado, sacó ayer en portada una caricatura de Mahoma, llorando y portando un cartel con el lema solidario "Yo soy Charlie", bajo el título "Todo está perdonado".
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Fuente: "Daily Mail" / EFE