Beijing (EFE)
Un tribunal chino de Xinjiang condenó a doce personas a la pena capital por un atentando registrado a finales de julio en el que murieron 37 civiles al sur de la región, donde aumentan los enfrentamientos entre la población minoritaria uigur y la mayoritaria han.
La agencia oficial Xinhua señaló que el Tribunal Popular Intermedio de Kashgar (ciudad donde ocurrieron los hechos) también condenó hoy a otras quince personas a la pena capital con dos años de aplazamiento, que en la práctica equivale a la cadena perpetua.
LOS CONDENADOS
Las autoridades identifican a tres de los condenados a muerte como Osman Ablet, Yuwup Ablet y Jume Qadir.
Según el acta judicial, el primero se unió a un grupo terrorista liderado por Nur Memet, a quien la policía disparó durante los atentados, después de que éste hubiera acuchillado a tres personas.
Yuwup Ablet, por su parte, mató a cinco personas y Jumer Oadir a otras dos, además de destrozar vehículos a su paso. Todos los nombres son comunes de la etnia uigur, de religión musulmana.
Además, nueve personas fueron condenadas a cárcel vitalicia, otras veinte a 20 años de prisión y dos fueron puestas en libertad bajo fianza, añade la agencia, por lo que son en total 58 las personas que fueron sentenciadas.
LAS VÍCTIMAS
El pasado 28 de julio, 96 personas murieron, 59 supuestos terroristas -por disparos de la policía- y 37 civiles durante unos enfrentamientos en Kashgar. Además de los abatidos, 215 terroristas fueron detenidos.
Recién hoy, Xinhua añade que los atentados se produjeron en una estación policial y en una oficina gubernamental de la ciudad de Kashgar, además de la localidad de Huangdi, donde turbas armadas atacaron con hachas y cuchillos a transeúntes y vehículos.
El 10 de agosto, las autoridades chinas aseguraron que un total de 18 sospechosos de ese ataque se habían entregado a la policía "debido a la presión que han recibido por parte de la población", aseveró el gobierno de Xinjiang.
¿AMENAZA TERRORISTA?
Con alrededor de dos centenares de muertos dentro y fuera de Xinjiang en lo que va del año, Beijing culpa de estos episodios de violencia a grupos de influencia yihadista que buscan la creación en Xinjiang de un estado de Turkestán Oriental independiente.
No obstante, comunidades uigures en el exilio aluden a la represión política, cultural y religiosa que sufren por parte de las autoridades chinas como causa de los conflictos y niegan la existencia de organizaciones terroristas.
PREVENCIONES
El régimen chino ha aumentado en los últimos meses las medidas de seguridad en la región, que para algunos grupos de derechos humanos van dirigidas sólo contra los uigures, y han endurecido las sentencias, en ocasiones dictadas a la vez contra grandes grupos y fuera de los tribunales, como en estadios de fútbol.
Una de las medidas más criticadas por la comunidad internacional ha sido la reciente sentencia a cadena perpetua por separatismo del profesor universitario Ilham Tohti, conocido por ser la voz moderada de los uigures y cuyo encarcelamiento fue visto por algunos analistas como un revés para un posible diálogo interracial.