China ha habilitado centros en 25 ciudades para permitir que sus ciudadanos puedan abandonar a hijos no deseados de forma segura.
En estos centros los padres podrán dejar a un bebé de forma anónima en una incubadora, mientras que una alarma con retraso permitirá que el pequeño sea recogido diez minutos después.
Las autoridades chinas dijeron que la mayoría de los niños abandonados cada año en las calles sufren de algún tipo de discapacidad o están enfermos; los padres suelen dejar notas diciendo que son demasiado pobres para hacerse cargo de ellos.