Un conflicto que data de hace más de un siglo ha entrado en un nuevo episodio de violencia durante el último mes. La disputa entre Armenia y Azerbaiyán por el territorio de Nagorno Karabaj ha escalado durante el último mes a través de enfrentamientos que ya han causado cientos de bajas tanto entre civiles como en tropas de ambos bandos.
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Desde inicios del siglo XX, el enclave fue escenario de enfrentamientos entre los católicos armenios y los musulmanes azeríes que la habitaban. Esto se solucionó parcialmente en 1921, cuando el Buró Caucasiano del Partido Comunista de Rusia declaró que Nagorno Karabaj formaría parte de Azerbaiyán pese a que la mayoría de sus habitantes eran armenios.
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Durante los últimos años de la Unión Soviética, sin embargo, los habitantes del enclave expresaron su deseo de anexarse a Armenia, lo que fue respaldado por el Parlamento de ese país en 1988. El paso fue bloqueado por la URSS, pero tres años más tarde provocaría la primera guerra entre ambas repúblicas.
El conflicto de tres años dejó un saldo de 25 mil muertos, la pérdida del control azerí sobre Nagorno Karabaj y la celebración de un referéndum en el enclave con el que se autoproclamaban como una república independiente, algo que no ha sido reconocido por ningún país.
Sin embargo, en 1994 oficialmente la guerra no acabó sino solo se consiguió una tregua auspiciada por Rusia y dio inicio a 16 años de conversaciones en las que Francia y Estados Unidos se sumaron a Moscú.
Estos tres gobiernos conforman el Grupo de Minsk, una delegación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) encargada exclusivamente de buscar la paz en Nagorno Karabaj.
Esta, lamentablemente, no se pudo lograr tal como lo demostró la Guerra de los Cuatro Días, en el 2016, que dejó alrededor de 300 muertos en ambos bandos y otros cientos de heridos más.
En julio de este año, el gobierno de Azerbaiyán comenzó a movilizar a sus tropas cerca del convulso territorio, presagiando una nueva escalada en las tensiones. Desde el gobierno de Bakú, la capital azerbaiyana, exigen que Armenia libere el territorio ocupado basándose en diferentes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que también lo recomiendan.
Desde Ereván, por otro lado, los armenios se niegan a abandonar un territorio que ha mostrado intención de formar parte de su país y donde han sido la mayoría históricamente.
UN NUEVO CAPÍTULO SANGRIENTO
La incapacidad de ambos gobiernos por dar su brazo a torcer terminó provocando una nueva etapa del conflicto. El 27 de setiembre, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, salió por televisión nacional a anunciar que Azerbaiyán les había “declarado una vez más la guerra”.
Desde Bakú, mientras tanto, el portavoz del presidente Ilham Aliev anunció que se declaraba la ley marcial en el país y el toque de queda en las grandes ciudades azeríes.
Desde el inicio, ambos bandos se han culpado mutuamente de iniciar este nuevo episodio de violencia. Además, no se conoce con certeza las bajas que han sufrido en cada lado.
Según Armenia, los azeríes han perdido a cerca de 6.700 soldados en un mes, mientras que ellos y Karabaj han registrado 974 muertos. Desde Azerbaiyán no se han lanzado cifras exactas, pero sí se asegura que vienen ganando la guerra.
El presidente ruso, Vladimir Putin, por su parte ha informado que “según nuestras informaciones, el número de muertos en cada bando alcanza alrededor de 2.000, lo que significa que el número total se acerca a los 5.000 muertos”.
Apoyados en una mayor riqueza estatal que le ha permitido conseguir armamento más avanzado, gracias en gran parte a su alianza con Turquía, la única potencia de la región que ha declarado abiertamente apoyar a uno de los lados, los azeríes confiaban en conseguir una victoria relámpago en la región.
Esto se debió a que los armenios lograron derribar a unos 220 aviones no tripulados azeríes, a sus mejores fortificaciones y al montañoso terreno acostumbrado para Armenia pero extraño para Azerbaiyán, según el experto militar ruso y director del departamento del Cáucaso del Instituto de los países de la CEI, Vladímir Yevseev, consultado por el medio ruso Sputnik.
Por otro lado, especialistas consultados por el periódico Vzglyad consideran que los armenios han perdido la mayor parte de la zona sur de Nagorno Karabaj y desestiman que puedan retomar el control de esa zona debido a la superioridad azerí.
Si bien las ofensivas no han acabado con el conflicto rápidamente, lo que sí han logrado es que unos 90 mil civiles se conviertan en refugiados tras perder sus hogares, de acuerdo al ministro de Exteriores de Armenia, Zograb Mnatsakanián.
TREGUAS EFÍMERAS
Durante este mes de conflicto, además, se ha intentado firmar el cese al fuego en tres oportunidades, siendo todos los intentos tan frágiles como los que históricamente se han ensayado en la zona.
Primero, el canciller ruso Serguéi Lavrov recibió en Moscú a sus pares, el armenio Zohrab Mnatsakanián y el azarí Djeyhun Bayrámov, durante la primera semana de iniciado el conflicto, concluyendo su reunión con una tregua que entraría en efecto desde el 10 de octubre.
Este alto al fuego se daría con “objetivos humanitarios para el intercambio de prisioneros y fallecidos”, según Lavrov. Además, se suponía que debería dar pie a las negociaciones para una solución pacífica en la región.
Cinco días después, Bakú y Ereván se acusaban mutuamente de haber roto el pacto y reiniciaron los enfrentamientos.
El 17 de octubre, la presidencia francesa emitió un comunicado anunciando una nueva tregua. “Este alto el fuego debe ser incondicional y estrictamente observado por ambas partes. Francia estará muy atenta a esto y seguirá comprometida para que las hostilidades cesen permanentemente y que las discusiones puedan comenzar rápidamente”, anunciaba el mandatario Emmanuel Macron en el texto oficial.
Cuatro minutos después de que este acuerdo entre en efecto, Armenia denunciaba que Azerbaiyán había comenzado a bombardear.
El último intento ha sido promocionado desde Estados Unidos, que anunció a través del Departamento de Estado que la tregua entraría en vigor desde las 8:00 a.m. del 26 de octubre.
Al cierre de este artículo no se había reportado oficialmente que esta nueva tregua se haya roto; sin embargo, se han reportado algunos enfrentamientos desde ambos lados.
Además, en las últimas horas se ha publicado un video que correspondería al ataque contra el ministro de Defensa de Nagorno Karabaj, el general Jalal Harutyunián.
Se desconoce la situación de Harutyunián, reportado como muerto según los medios azeríes, pero calificado como “lesionado” por el presidente de la autoproclamada república, Arayik Harutyunián, al anunciar su reemplazo durante las primeras horas del martes.
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