El Tribunal Supremo de Filipinas aprobó una ley de control de la natalidad que instruye a los centros de salud para que distribuyan preservativos y píldoras anticonceptivas gratuitamente.
La aprobación se considera una gran derrota para la Iglesia Católica, que luchó contra la ley por más de una década.
Filipinas tiene 100 millones de habitantes y una de las tasas de natalidad más altas del mundo.
El Tribunal Supremo dictaminó que la ley era constitucional, salvo algunos detalles.
Su ejecución se aplazó durante casi un año por los recursos presentados por la Iglesia Católica. El 80% de la población filipina es católica.