Pieza a pieza Nepal busca entre sus escombros el patrimonio que el terremoto trató de arrebatarle, y que en algunos casos los vecinos salvaron, con el propósito de prepararse para la llegada del monzón en junio y adelantar un trabajo de restauración que deberá esperar a que pase el verano.
Un mes después de un sismo que tumbó como naipes templos, palacios y edificios históricos, la Unesco trabaja contra el reloj y con la preocupación oteando el horizonte ante la inminente llegada de las lluvias del monzón a partir de junio.
El coordinador de la Unesco en Nepal, Kai Weisei, indicó a EFE que el trabajo es en algunos casos "pieza por pieza" y en todas requerirá una tarea "sistemática para analizar lo que se puede recuperar y es más valioso, y almacenarlo y restaurarlo con suficiente tiempo".
"El monzón está llegando y tenemos que estar preparados", dijo.
El Valle de Katmandú, rico en un acervo arquitectónico bajomedieval que se reparte por siete áreas monumentales declaradas Patrimonio de la Humanidad, salió muy mal parado del movimiento telúrico.
Las tres plazas Durbar frente a los palacios reales de Hanuman Dhoka en Katmandú, Patan y Bhaktapur; las estupas budistas de Swayambhu y Bauddhabath, y los templos hinduistas de Pashupati y Changu Narayan fueron algunas de las víctimas impersonales de un sismo que acabó con más de 8.600 personas y dejó unos 16.000 heridos.
Pero Weisei asegura que la Unesco no tiene tiempo para llorar lo arrebatado y ahora "se trata de apuntalar lo que no se ha caído, proteger los escombros y los tejados hundidos, para después de la temporada de lluvias, en septiembre, empezar la recuperación".
Ahora la Unesco prepara una lista de prioridades para la conservación de monumentos en el Valle de Katmandú.
"En el caso de los edificios derrumbados poco se podrá hacer, salvo ir recuperando lo que se pueda pieza a pieza, para salvar por lo menos alguna parte", reconoce, al destacar no obstante que se buscará el apoyo de artesanos locales asesorados por expertos internacionales.
A pesar de que el momento inmediatamente posterior al terremoto hacía especialmente difícil la protección del patrimonio en Nepal, en muchos casos la gente respondió protegiendo lo que forma parte de su identidad.
"Mucha gente se sorprendió de la respuesta rápida del Gobierno nepalí, enviando el Ejército y la Policía de inmediato para proteger los monumentos caídos, e incluso parte de la población acudió a salvar piezas como los ídolos", agregó el experto.
Agrego que "el riesgo de robos siempre existe en estas situaciones".
"Pero creemos que si la gente se llevó algunos ídolos religiosos fue para protegerlos y de todas formas iniciamos el proceso para evitar su venta en casas de subastas", añadió.
El plan es recuperar el patrimonio pero también dotar a las construcciones recuperadas de la fortaleza necesaria para que puedan resistir a futuros seísmos, con el objetivo de que Nepal y sobre todo los nepalíes puedan sentir que su herencia está a salvo.
"Para ellos son parte de su vida diaria, no solo un edificio bonito como pueda verlo un occidental, son parte de su identidad", dijo.
Fuente: EFE