Seúl (AP)
Corea del Norte sentenció a un misionero bautista surcoreano a trabajos forzados de por vida por presuntamente espiar y tratar de establecer iglesias clandestinas en el país.
La prensa estatal norcoreana dijo que el misionero -llamado Kim Jong-Uk en el norte pero previamente conocido como Kim Jung-Wook en el sur- fue enjuiciado el viernes y admitió haber cometido actos religiosos contrarios a Corea del Norte y "dañar malignamente la dignidad del liderazgo supremo" del país.
El régimen de Pyongyang indicó que Kim tuvo un abogado defensor, pero los detalles del juicio no pudieron ser confirmados independientemente.
El abogado no identificado dijo que Kim "se arrepintió sinceramente de sus crímenes y se disculpó" y solicitó que la corte conmutase la pena de muerte exigida por los fiscales.
La constitución norcoreana garantiza la libertad de religión, pero en la práctica las autoridades solamente toleran servicios sancionados por el gobierno. Desertores del país han dicho que la distribución de biblias y servicios secretos de oración pueden resultar en trabajos forzados o condenas a muerte.
Corea del Norte indicó que el hombre fue arrestado en octubre tras cruzar al país desde China. Kim fue presentado en la televisión norcoreana en febrero, donde dijo que recibió asistencia de la agencia de inteligencia surcoreana y se disculpó por cometer "crímenes contra el Estado".
Corea del Sur ha negado tener vínculos de espionaje con Kim. En ocasiones previas, las autoridades norcoreanas han realizado conferencias de prensa en las que detenidos hacen declaraciones inculpatorias, pero más adelante se retractan.
El año pasado, Corea del Norte sentenció al operador turístico estadounidense Kenneth Bae a 15 años de trabajos forzados por cometer "actos hostiles" contra el país.
Kim, quien la mayor parte del tiempo residía en Dandong -ciudad china fronteriza con Corea del Norte-, ayudaba a desertores norcoreanos a llegar al sur vía Tailandia, Laos u otros países, de acuerdo con un amigo en Seúl, Joo Dongsik, que ha enviado zapatos, ropa y otros artículos a Kim.
Recientemente, Kim se había dedicado más a proveer alimentos y albergue a norcoreanos que habían recibido permiso para viajar a China en busca de trabajo, a menudo infructuosamente, lo que les dejaba sin ingresos ni a dónde ir, dijo Joo.