Bangkok (DPA)
Desde lo alto de un vehículo de transporte de tropas, los soldados ponen música para las personas que llenan la plaza del Monumento de la Victoria en Bangkok. Los militares, con los uniformes arremangados, bromean con los asistentes y posan para fotografías.
En enormes pantallas de avisos publicitarios alrededor de la plaza, entre propagandas de cerveza y champú, el Ejército tailandés muestra escenas de películas de guerra del archivo militar y soldados en servicio. El mensaje es: el Ejército, tu amigo y ayudante.
Hace un mes los militares tailandeses dieron un golpe de Estado y tomaron el poder, después de que las disputas entre gobierno y opositores paralizaran prácticamente el país durante seis meses. Desde entonces, el general Prayuth Chan-ocha hace todo lo posible para congraciarse con el pueblo.
El estado de sitio nocturno fue levantado después de tres semanas y el eslogan del Ejército dice oficialmente: "Volver a hacer feliz al pueblo".
Los fines de semana, las salas de cine están abarrotadas. Y no son las últimas cintas de Tom Cruise las que atraen a las personas ante las pantallas, sino una película local de historias sobre combates victoriosos. La entrada es gratuita, la Junta militar invita.
En festivales de música en todo el país, los soldados hacen de disc-jockey y ponen canciones populares, mientras las soldados bailan al ritmo del rock e incluso cantan. "Como en Corea del Norte", escribe alguien en Twitter y publica fotografías de soldados mujeres de ambos países.
En puestos del Ejército también se ofrecen gratis cortes de pelo felices. La junta militar decidió además que el Mundial de fútbol Brasil 2014 llegue a la población. Todos los partidos son transmitidos en vivo por la televisión pública. Para ello destinó más de 12 millones de dólares y le pagó al canal que tenía los derechos de retransmisión.
El caricaturista Stephff dibujó a Prayuth con una pelota de fútbol colgando de una cinta, con la que hipnotiza a un elefante, el emblema de Tailandia. "Tú eres feliz, tú eres feliz", le asegura Prayuth al animal. Otra caricatura parece la famosa fotografía cerca de la plaza de Tiananmen en 1989, en la que un hombre se para frente a un tanque. En la misma, un soldado tailandés feliz grita desde la escotilla: "¡No toleramos la infelicidad!"
"Todo es temporal", proclama Prayuth. "No vamos a consentir totalmente al pueblo".
Pero el profesor de política Thitinan Pongsudhirak es escéptico: "Esos son métodos típicos de la era de la Guerra Fría, para conquistar a las personas. Pero habrá que esperar para ver si esto también funciona en el 2014, cuando los problemas y las expectativas son totalmente diferentes".
El Ejército también brinda cosas concretas: 2.700 millones de dólares para los cultivadores de arroz, que no recibieron su pago durante la lucha de poder político, el fin de la mafia de los taxis que cobran sobreprecios en el aeropuerto y campañas contra narcotraficantes y policías corruptos.
Los opositores
Sin embargo, quien protesta tiene problemas. Alrededor de 300 políticos críticos, activistas y periodistas fueron detenidos incluso durante días, según denunció Amnistía Internacional. Como en la película "Hunger Games", mostrar tres dedos en alto, lo que simboliza a los opositores al golpe de Estado, fue declarado ilegal por el Ejército.
La persona que es detenida es sometida a un "proceso de cambio de opinión", explicó un vicejefe de policía a los periodistas.
"La junta cava su propia tumba si cree que puede obligar a la uniformidad de pensamientos y sentimientos", escribió el diario "Nation" en un comentario.
Entretanto, Prayuth incursionó en el mundo de la poesía. Compuso una canción, que es difundida durante su programa de televisión semanal. "Devolvemos la paz a Tailandia", dice la pieza. "Los protegemos de todo corazón".