La polémica Corea del Norte ha dado que hablar a inicios de este año con su primer ensayo nuclear. Este país caracterizado por el hermetismo muestra en nueve postales aparentemente ser igual que cualquier otro en su día a día.
Corea del Norte da la imagen de un país ordenado en extremo, hasta los actos públicos como el Discurso de Año Nuevo que diera Kim Jong Un luce como un evento marcial. Los que parecen tener un porte y orden de tropas, son ciudadanos que parecen tener por costumbre formar bloques ante eventos como este.
La veneración a la imagen de Kim Jong Un, su padre y su abuelo son parte de la formación que los niños y adolescentes reciben en las escuelas. El gobierno de Corea del Norte tiene influencia hasta en el estilo de corte de cabello que sus ciudadanos deben llevar.
El tráfico en la capital de Corea del Norte se ha vuelto visiblemente más pesado en el último año. Con el ingreso de más camiones, taxis, y vehículos de transporte público han sumado 2,5 millones de unidades a su parque automotor.
Otro tipo de tráfico que prolifera en Corea del Norte es el de los mercados negros y un imparable flujo de dólares, euros, yuanes y yenes. Así se mueve la Corea del Norte de Kim Jong-un, uno de los últimos reductos estalinistas del mundo donde el capitalismo se ha abierto paso de forma discreta pero irreversible.
"Cada localidad e incluso cada distrito tiene su propia zona de mercado negro donde la gente compra bienes de primera necesidad y productos comerciales generalmente importados de China", explica Kang Cheol-hwan, desertor norcoreano y director del Instituto Estratégico sobre Corea del Norte en Seúl.
Con información de: EFE