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Más de 50 personas han sido sacadas con vida de entre los escombros desde el sábado, día en que un terremoto de 7,8 grados devastó parte de la costa de Ecuador. Algunos de ellos han contado cómo fueron esas terribles horas de angustia que pasaron aprisionados entre toneladas de concreto.
Uno de los testimonios más desgarradores es el de un hombre identificado como Líber, quienvio morir a su esposa.
"Ella estaba con vida hasta cuando empezó el segundo temblor, estaba feliz porque escuchó a los rescatistas, me dijo que yo me salvara para que cuide a mi hijo, ella me dijo que me virara, me abrazó, me besó y ahí murió. Antes de morir, me dijo que siempre me amó", recordó Líber.
A Yadira la rescataron el martes. Ella dijo desde una camilla del hospital de Manta que "era una cosa tan difícil... los días se hicieron una eternidad, pensé que por lo menos había pasado enterrada un mes".
Añadió que cerca de donde estaba había al menos 20 personas y tenían "desesperación porque todo el mundo nos estábamos quedando sin oxígeno; un hombre abrió un esmalte para que nos muriéramos asfixiados", presuntamente por desesperación.
Otra de las sobrevivientes, Kathy, recordó en el mismo hospital que se daba ánimo cantando alabanzas a Dios "pero ellos me pedían ayuda, niños me pedían ayuda, pero no podía hacer nada. Junto a mí había dos, pero ya no aguantaban más".
"Los niños se volvían como locos, me mordían, un niño me metía las uñas y un señor mató a la mujer de la desesperación", añadió con la voz entrecortada.
Los expertos sostienen que una persona sin heridas graves puede sobrevivir hasta una semana bajo los escombros, luego se debilita hasta el punto de perder la conciencia y ya no puede alertar a los rescatistas para pedir ayuda.
De acuerdo con las cifras oficiales, 577 personas murieron víctimas del terremoto, más de 4.000 resultaron heridas y 125 permanecen como desaparecidas.
Fuente: AP