La Sección de Intereses de en se convertía este lunes en la embajada de este país en La Habana, lo que constituye una nueva etapa de las relaciones entre ambos países.

“Es algo muy emocional, una experiencia que esperaba mucha gente, a ver si ahora podemos viajar para acá más fácil, más a menudo, traer a mis otros hijos, vine con dos de mis hijas”, señaló un cubano fuera de la flamante embajada de Cuba en Estados Unidos.

Sin embargo, estas son las únicas banderas que se verán por el momento. 

Al menos hasta el 14 de agosto, día en que el secretario de Estado estadounidense John Kerry presida la ceremonia de alzado. 

Los funcionarios iban a modificar sus pies de firma en la correspondencia de papel y digital, pero muchos señalaron que su día de trabajo fue como otro cualquiera. 

Más fiesta se vivía frente a la embajada de Cuba en Washington. 

Una jornada que1, sin duda, marca un antes y un después.

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