En el 2016, todas las encuestas apuntaban a una victoria de Hillary Clinton. Su comando de campaña había preparado un fin de fiesta espectacular en un coliseo de Manhattan. Solo quedaba esperar el juego de los números. Pero los resultados dejaron a todos boquiabiertos. La victoria final fue para Donald Trump, pese a que la candidata demócrata había ganado largamente en el voto popular. Los 2,9 millones de votos de diferencia no fueron suficientes.
Estados Unidos es una democracia sólida, pero cuyos cimientos están sostenidos en una compleja estructura que da este tipo de sorpresas: el candidato más votado no necesariamente gana. Así pasó con George W. Bush en el año 2000, luego de largas jornadas de conteo que se centraron en Florida. El demócrata había ganado el voto popular, pero Bush terminó en la Casa Blanca.
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Esto se debe al Colegio Electoral, un sistema indirecto de votación. En los comicios presidenciales, los estadounidenses votan en realidad para elegir el número de sus representantes ante el Colegio Electoral, que son quienes eligen al presidente.
Son 538 votos electorales repartidos entre los 50 estados y el Distrito de Columbia, donde los estados con mayor población reciben mayor número de votos electorales. El ganador de las elecciones debe conseguir 270 votos.
Debido a su demografía o historia, hay estados que son tradicionalmente demócratas o republicanos, por lo que la batalla se centra en los estados indecisos. Es ahí donde los candidatos centran sus campañas, sobre todo en la recta final, para tratar de convencerlos de que voten por sus partidos.
Por ejemplo, si en Ohio, la mayoría elige a Trump, todos los votos electorales del estado van para él, así haya ganado por un solo voto de diferencia. Por eso, tanto él como Joe Biden no cesan de viajar a esos estados, pues saben que con muy poco se puede inclinar la balanza hacia la victoria, sobre todo cuando se trata de elecciones tan reñidas, como las de este año.
Los estados de batalla
Se suele considerar un estado clave aquel donde la diferencia en las encuestas entre ambos candidatos es menos del 5%.
Para estas elecciones, diversos analistas en medios y páginas especializadas de pronósticos han identificado una decena de estados claves, algunos con más opciones para Trump o Biden, pero donde la pelea está abierta.
“Los estados claves en el 2020 incluyen Arizona, Florida, Georgia, Iowa, Michigan, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania y Wisconsin. Trump ganó en todos estos estados en el 2016, y queda por ver si podrá hacerlo en estas elecciones”, señala a El Comercio Jens Manuel Krogstad, escritor senior y editor del Pew Research Center.
“Todos estos estados han visto decrecer desde el 2010 la población electoral blanca no hispana. Algunos estados, como Florida, Arizona y Georgia, han mostrado un declive más rápido”, anota.
La pandemia y la consecuente crisis económica derivada del coronavirus podría ser un factor que incline la balanza. La tasa de desempleo, que se situaba en un envidiable 3,5% en febrero, cayó a 7,9% en setiembre, luego de un pico del 14,7% en abril.
Bloomberg News recuerda en un artículo que tres presidentes en ejercicio -Gerald Ford, Jimmy Carter y George H.W. Bush- que enfrentaron tasas de desempleo entre el 7% y 8% perdieron la reelección en las últimas siete décadas. En agosto, Pennsylvania, Ohio y Michigan -tres estados claves- registraron tasas de desempleo más altas que el promedio de todo el país.
Además, en muchos de estos estados, como Michigan, Pennsylvania y Wisconsin, el número de contagios diarios de COVID-19 no ha menguado. Michigan, por ejemplo, registró el viernes el mayor incremento de casos en un solo día, con 2.015, según el Departamento de Sanidad y de Servicios Humanos del estado. Por su parte, Wisconsin experimentó el mayor número de contagios diarios, con 3.861, según la Universidad Johns Hopkins.
Sin embargo, los medios especializados en elecciones -como FiftyThirtyEight o RealClearPolitics- le dan a Biden más opciones de ganar, de acuerdo a diferentes variables estudiados en cada uno de los estados. Por ejemplo, el primero -que hace simulaciones diarias- señala un 87% de posibilidades de que el demócrata gane el 3 de noviembre, frente a un 12% para Trump.
Los fieles a Trump
Dicho esto, no se puede desestimar la campaña de Donald Trump, que pese al coronavirus y el desempleo, tiene una base electoral muy sólida y con la que consiguió ganar en el 2016, sobre todo en los estados del medio oeste, que no fueron tomados muy en cuenta por los demócratas hace cuatro años.
Así mismo, Trump obtuvo la victoria en el 2016 centrándose en el elector blanco, pues ganó en este grupo con el 57% de los votos frente a un 43% de Clinton.
Hay que tener en cuenta que los republicanos suelen movilizarse en el día de las elecciones mucho más que los demócratas, quienes este año están optando por el voto anticipado y por correo.
Las encuestas en los estados claves muestran unos cinco puntos, en promedio, de diferencia entre Biden y Trump, con el demócrata a la cabeza, pero nada está dicho aún. Hasta la mañana del 8 de noviembre del 2016, Hillary Clinton era la favorita de los analistas y pronosticadores de resultados. La historia terminó de otra manera.
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ESTADOS A TENER EN CUENTA
Florida
En cada elección, Florida es el estado a tener en cuenta y el ‘battleground state’ por excelencia. Todos los presidentes que han sido elegidos han ganado en el ‘estado del sol’, y en este 2020 no hay diferencias. El voto hispano acá será fundamental.
Arizona
Ha sido uno de los estados republicanos fuertes pues siempre ha votado por sus candidatos a la presidencia. Sin embargo, el crecimiento de la población hispana y la debilidad de Trump entre los electores de las zonas urbanas podrían cambiar las cosas para el presidente.
Texas
Normalmente es un estado republicano, pero los analistas consideran que este año podría cambiar de color. En las elecciones legislativas de medio término, los demócratas consiguieron victorias importantes y han invertido en el estado sureño muchísimo dinero en la campaña.
Carolina del Norte
Los republicanos continúan teniendo apoyo en las zonas rurales del estado, pero han ido perdiendo en las ciudades, donde la población se ha ido diversificando debido a la migración.
Pennsylvania
El estado normalmente demócrata, votó por Trump en el 2016. Sin embargo, el apoyo a los republicanos ha ido disminuyendo. Biden, además, es originario de este estado y podría obtener su apoyo.
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