El estado de Ohio, Estados Unidos, ejecutó hoy con una inyección letal a Dennis McGuire, condenado en 1994 por el aseinato de una mujer, usando una combinación de fármacos nunca antes empleada en el país.
¿Por qué ya no se recurre a la tradicional técnica?
Durante años, en Estados Unidos se utilizó una combinación estándar de tres medicamentos para la inyección letal: un anestésico o barbitúrico (habitualmente pentotal sódico o pentorbital en su defecto), un agente paralizante (bromuro de pancuronio) y otro para parar el corazón (cloruro de potasio).
Pero en los últimos años se ha complicado el acceso a los ingredientes clave de la inyección, los barbitúricos.
En el 2011, la empresa que proporcionaba el pentotal sódico (que entonces era utilizado por todos los estados donde la pena capital era legal), la estadounidense Hospira Inc., detuvo la producción de este fármaco.
Las cárceles miraron entonces a Europa como alternativa para conseguir barbitúricos, pero las farmacéuticas europeas, principalmente el laboratorio danés Lundbeck LLC, que fabrica el pentobarbital, también se negaron a venderlos para la pena capital, ya que la Unión Europea se opone a este castigo.
Por este motivo, en las tres ejecuciones que se han llevado a cabo en lo que va de año en Estados Unidos se han utilizado diferentes mezclas de fármacos en las inyecciones letales.
El 7 de enero, se le administró a Askari Muhammad una inyección letal con tres medicamentos, que incluía hidrocloruro de midazolam como sedante, y el 10 de enero, una inyección con pentobarbital puso fin a la vida de Michael Wilson en Oklahoma.
Una vez agotadas las reservas de inyecciones letales convencionales, Ohio, un estado que tiene actualmente 139 personas en el corredor de la muerte, modificó su normativa sobre ejecuciones para permitir el uso de hidromorfona y midazolam.