Acostumbrada a los escándalos, Hillary Clinton se topó con uno nuevo en la antesala de la Convención Demócrata que la ungirá el lunes como candidata a la presidencia de Estados Unidos.
Más de 19.000 correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) difundidos por WikiLeaks revelaron el sesgo de miembros de la cúpula del partido a favor de Clinton durante las primarias en las que terminó imponiéndose al senador socialista por Vermont, Bernie Sanders.
►Inicia Convención Demócrata en pleno escándalo por filtración
Aunque era un secreto a voces que el establishment demócrata prefería un triunfo de Clinton, los mensajes dejaron el favoritismo al descubierto y ponen en duda la honestidad de la interna presidencial.
Sanders se cansó de denunciar que las elecciones estaban "arregladas" a favor de su rival y que el DNC la respaldaba. Ahora esta nueva información le da la razón.
Ayer, en uno los tradicionales programas políticos televisivos del domingo por la mañana, Sanders volvió a exigir la renuncia de la presidenta del Comité, Debbie Wasserman Schultz. Unas horas después, Schultz presentó su renuncia, que será efectiva apenas termine la convención en Filadelfia.
"Debbie Wasserman Schultz ha tomado la decisión correcta para el futuro del Partido Demócrata. Aunque se merece el agradecimiento por sus años de servicio, el partido necesita un nuevo liderazgo", dijo Sanders en un comunicado.
En otro comunicado, Clinton le agradeció a "su vieja amiga" por su trabajo al frente del partido durante los últimos cinco años, la elogió y, con el escándalo acaparando las noticias el día anterior al inicio de la convención, anunció que la sumaría a su campaña como presidenta honoraria. Schultz busca además su reelección como congresista en Florida.
No tardó la respuesta de Donald Trump, contendor de Clinton en las elecciones de noviembre en Estados Unidos: "La altamente neurótica Debbie Wasserman Schultz está enojada de que, después de robar y engañar para una victoria de la Corrupta Hillary, ¡está afuera!", atacó el candidato republicano en Twitter.
►EE.UU.: Retos de la Convención Demócrata que nominará a Clinton
--- ¿Qué dicen los correos? ---
Los correos electrónicos muestran, por ejemplo, a funcionarios de la cúpula demócrata aparentemente discutiendo cómo usar la religión de Sanders -judío- para favorecer una victoria de Clinton en las primarias de Kentucky y West Virginia. En otro correo, un abogado de la campaña de Clinton sugiere al DNC respuestas a acusaciones de la campaña de Sanders sobre el financiamiento partidario.
Los emails incluyen varias denuncias a Bernie Sanders y su organización antes y después de que el DNC cerrara brevemente el acceso a su campaña a una lista clave de posibles votantes demócratas.
El Comité cerró temporalmente el acceso de Sanders al listado en diciembre de 2015, debido a que la organización acusó la campaña insurgente de acceder de manera ilegal a información electoral confidencial recopilada por la campaña de Hillary Clinton.
La campaña de Bernie Sanders demandó brevemente al DNC, pero el partido llegó a un acuerdo con Sanders y se desechó la demanda en abril.
--- Un reto para Clinton ---
Para Clinton, el nuevo escándalo suma un nuevo dolor de cabeza que profundiza las dudas sobre su honestidad, además de dejar una puerta abierta a la cocina de la política en momentos en los que la gente se muestra hastiada del juego de influencias que muestran algunos de los mensajes. Su campaña acusó a Rusia por la filtración.
El escándalo pone en peligro la ansiada unidad partidaria que aspira a mostrar la convención, al caerle como un balde de agua fría a los seguidores de Sanders, muchos de los cuales no han terminado de digerir una derrota en una competencia que ya consideraban injusta y parcial antes de conocerse los correos electrónicos, que solo confirmaron las sospechas.
Sanders, ayer, se limitó a pedir la renuncia de Schultz, y buscó poner el acento en la necesidad de derrotar a Trump. "Ahora tenemos que derrotar a Trump, tenemos que elegir a Hillary Clinton", dijo.
La Nación, Argentina/GDA/ El Comercio