Washington [AFP]. La defensa del presidente Donald Trump pidió el martes a los cien senadores de Estados Unidos, que ofician de jurados en el juicio político en contra del mandatario, que rechacen los cargos y voten una absolución “lo más rápido posible”.
“Instamos al Senado a rechazar los cargos”, dijo el abogado principal de Trump, Pat Cipollone. “Es hora de terminar, lo más rápido posible”, agregó, en el cierre de su alegato de tres días.
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Los abogados terminaron su defensa de Trump, quien está acusado de abuso de poder y obstrucción del Congreso, argumentando que las acusaciones en su contra son demasiado leves y con fuentes muy flojas para justificar la condena y remoción del líder estadounidense.
“Si la destitución partidista es ahora la regla del día ... los futuros presidentes, demócratas o republicanos, estarán paralizados cuando sean elegidos”, dijo Jay Sekulow, otro abogado de Trump.
“La barra para la acusación no se puede establecer tan baja”.
La defensa tuvo 24 horas repartidas en tres días para presentar su alegato.
Pero el juicio enfrentó una nueva controversia cuando los demócratas de la oposición exigieron que el exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, fuera llamado como testigo.
Un borrador de un próximo libro de Bolton, según el diario “The New York Times”, dice que Trump le dijo en agosto que la asistencia de seguridad para Ucrania había sido suspendida para presionar al país a anunciar investigaciones sobre el posible rival para la reelección de Trump en el 2020, Joe Biden, un tema que está en el corazón del juicio político.
“Si no creen en reporte del periódico, llamen a los testigos”, dijo el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer. “Dejen que las fichas caigan donde deban. Consiga la verdad”, dijo.
Los demócratas buscan quebrar la sólida unidad de la bancada republicana en el Senado, que con su mayoría de 53 a 47 probablemente absuelva al presidente.
Para destituir al presidente se requiere una mayoría de dos tercios, 67 votos.
Trump es el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a un proceso de destitución, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1999, ambos absueltos.