Quién es Jerry Falwell Jr., el protagonista del triángulo amoroso que alborota a la comunidad evangélica en EE.UU.

Un profundo cielo azul es el techo de Lynchburg. Sus calles anchas, los adoquines en las veredas, el río que transcurre a su costado hacen de ella una ciudad tradicional de Estados Unidos, una de esas que solo en ciertas zonas se ha dejado invadir por edificios de grandes dimensiones. La tranquilidad todavía se respira en una ciudad de 84 mil almas.

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Pero en 1971 el panorama era muy distinto. Las cadenas más importantes del país todavía no se habían fijado en esa pequeña ciudad de Virginia, esa en la que los 54 mil residentes veían vegetación por doquier. Allí, mientras el mundo se maravillaba con la primera estacional espacial en órbita lanzada por la URSS, un niño de nueve años decidió entrar a la vieja iglesia bautista de la ciudad. Desde uno de los cientos de asientos, escuchó al pastor dirigirse a la comunidad y convencerlos de crear una casa de estudios para formar campeones, estudiantes que cambiarían el mundo para Cristo.

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El camino ya había iniciado. Desde 1967, Jerry Falwell (1933-2007) estaba construyendo un sistema educativo pensado para los jóvenes evangélicos: primero fue un colegio, y más adelante, una universidad. Hacia 1985 y con tan solo 14 años de vida, la Liberty University ya contaba con más de 50 mil alumnos.

Como tantos otros niños de Lynchburg, el pequeño de la iglesia siguió sus estudios en esas instituciones. Primero se graduó de la Liberty Christian Academy, luego se especializó en Estudios e Historia de la Religión por la Liberty University, hasta que –recomendado por el senador Ted Kennedy– ingresó a la Escuela de Leyes de la Universidad de Virginia. No se podía esperar menos de Jerry Falwell Jr.

En los años que vinieron, el hijo del pastor –casado con Becki, una compañera de la universidad Liberty– se dedicó con éxito al negocio inmobiliario, siendo considerado uno de los empresarios que le cambió la cara a Lynchburg. Cuando le tocó tomar la posta para dirigir la casa de estudios fundada por su padre, no le rehuyó a la misión.

ATRACCIÓN FATAL

Jerry Falwell Jr. se construyó una imagen de pureza: un padre de familia, un esposo amoroso y un abuelo ejemplar que quería compartir la palabra de Dios con el mundo y, a partir de ella, formar a los jóvenes para mejorar el mundo. Era un hombre respetado, querido y con amigos importantes, tales como Donald Trump. De allí que el mundo se escandalizara cuando se viralizó una fotografía en la que se le veía sosteniendo un vaso con su mano izquierda, mientras que con la otra sujetaba de la cintura a una chica, ambos con los pantalones desabrochados.

Lo más peculiar es que fue él mismo quien compartió la foto en Instagram. "Más 'shots' durante las vacaciones. Muchos grandes amigos nos han visitado en el yate", escribió en la red social.

En una entrevista al “Washington Examiner”, él declaró que su comportamiento errático respondió a haberse enterado de que un amigo cercano a la familia tuvo un affaire con su esposa, y que lo habría tratado de chantajear para no exponer el romance extramarital.

Además, señaló que la foto lo mostraba vistiendo un disfraz, lo que explicaría el detalle de sus pantalones.

“Fue como vivir en una montaña rusa. Mientras nos dedicábamos por completo a Liberty, también sufríamos [con mi esposa] en silencio durante nuestro tiempo juntos, mientras que en paralelo tratábamos de lidiar con el chantaje, que solo se volvió peor a medida que pasaba el tiempo. Hicimos nuestro mejor esfuerzo para desentrañar esta ‘atracción fatal’ para proteger a nuestra familia y a la universidad”, se excusó Jerry Falwell Jr.

Acusado de violar el código de honor de la Liberty University, el pastor renunció al cargo de presidente (que ocupaba desde el 2007 tras la muerte de su padre). “No quiero avergonzar ni a mi familia ni a la de Liberty, pero no he roto ninguna regla que se aplique a los trabajadores de la universidad”, se excusó.

A las horas, se retractó y dijo encontrarse en vacaciones indefinidas.

EL TERCERO EN DISCORDIA

Se ha señalado a Giancarlo Granda como el causante de los problemas (depresión y chantaje) de Jerry Falwell Jr.

Granda habló al respecto con Reuters y señaló que mantuvo encuentros sexuales con Becki Falwell desde hace años, y que Falwell Jr. estaba presente cuando esto sucedía. Por supuesto, negó cualquier tipo de chantaje.

Esta no es la primera vez que la relación de los tres sale a la luz. En el 2018 se supo que, durante un viaje a un hotel de lujo de Miami Beach, los esposos Falwell conocieron al salvavidas, Granda, y se hicieron amigos. Entonces le habrían ofrecido al muchacho de 20 años la posibilidad de administrar un hotel, pero se desconocen los motivos por los que los negocios se truncaron. Una denuncia de Granda en contra del pastor revelaría que lo quisieron sacar del negocio que él también ayudo a formar.

Becki Falwell, miembro activo del grupo que busca la reelección del actual presidente de Estados Unidos, Women for Trump, no ha querido declarar al respecto. Falwell Jr. ha negado todo lo dicho por Granda.

Aun así, Reuters anota que Granda ha presentado pruebas (llamadas y conversaciones) que respaldarían su posición.

“El material incluye lo que sería una conversación de Facetime que tuvo con los Falwell en el 2019. Durante la llamada, afirma Granda, Becki estaba desnuda y, mientras que hablaban de su relación, Jerry fisgoneaba detrás de la puerta”, se lee en la nota.

Otros mensajes muestran una “relación amistosa y una dinámica romántica entre Granda y Becki”. “Un mensaje de texto del 2012, que afirma Granda fue enviado por ella, dice: ‘Te extraño con locura... ¿Ya habías tenido ese efecto en tus amigas mujeres?’”, apunta Reuters.

La agencia anota que, si bien Granda afirma haber tenido relaciones sexuales con los Falwell de buena gana, siente que se aprovecharon de él. “Ya sea por inmadurez, ingenuidad, inestabilidad o una combinación de esas, ellos detectaron esas cosas en mí y decidieron que era el objetivo ideal para sus aventuras sexuales”, confesó.

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