Una de las manchas más grandes en la gimnasia estadounidense tiene nombre y apellido, aunque muchos le llaman el ‘monstruo que devoraba atletas’. Larry Nassar, antiguo médico del equipo, protagonizó un enorme escándalo de violencia sexual que explotó en el 2015 y que destrozó a este deporte. Aprovechándose de su cercanía con las atletas, abusó de decenas de jóvenes que solo buscaban convertirse en gimnastas de primer nivel.
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“Larry es asqueroso. Larry es un MONSTRUO, no un doctor”, escribió Alexandra Raisman, una de las estrellas del equipo de gimnasia de Estados Unidos, mientras se desarrollaba una de las audiencias del juicio contra Nassar, quien había agredido al menos 330 jóvenes, 265 de ellas deportistas, durante 20 años.
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Cada nuevo testimonio contra Nassar, de 57 años, era más escalofriante que el anterior. Además de Raisman, medallistas olímpicas como Gabby Douglas, McKayla Maroney y Simone Biles también fueron víctimas del monstruo.
“La noche más aterradora de mi vida ocurrió cuando tenía 15 años”, narró Maroney en Twitter en octubre del 2017 cuando reveló que sufrió los abusos por siete años.
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Contó que Nassar la engañó diciéndole que le estaba administrando un “tratamiento médico necesario que había aplicado en sus pacientes por más de 30 años”, por lo que el médico le dio una pastilla para dormir durante un vuelo a Tokio.
“Lo siguiente que recuerdo es que estaba sola con él en su habitación de hotel recibiendo el ‘tratamiento’. Pensé que iba a morir esa noche”, explicó.
El diario “The New York Times” explica que el supuesto tratamiento de Nassar “consistía en que metía los dedos en las vaginas de las niñas, a menudo sin guantes y sin lubricar, para numerosas dolencias, incluidos los tobillos lesionados”.
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El sujeto hizo esto en la mayoría de las gimnastas que dijeron que abusó de ellas. Trinea Gonczar, una exgimnasta dijo que la había sometido a este abuso más de 800 veces.
Las deportistas acusaron a la federación y al comité olímpico estadounidenses de haber hecho oídos sordos a las denuncias formuladas durante las casi tres décadas que Nassar trabajó con el equipo de gimnasia de Estados Unidos. El médico estuvo involucrado en cuatro juegos olímpicos.
De por vida en una “prisión segura”
A inicios del 2018, Larry Nassar recibió sentencias consecutivas por múltiples delitos sexuales, tras declararse culpable de siete cargos de conducta sexual criminal. Cumple una condena de entre 40 y 175 años por esos hechos sumada a otra de 60 años por pornografía infantil, lo que garantiza que pasará el resto de su vida en prisión.
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Tras el anuncio de su condena toda la junta de USA Gymnastics renunció y Scott Blackmun dejó su cargo como director ejecutivo del Comité Olímpico de los Estados Unidos.
Nassar cumple su condena en la Penitenciaría Coleman II de los Estados Unidos, una prisión federal de alta seguridad en Sumterville, en el centro de Florida que ha sido descrita como un lugar “seguro” para reclusos de alto perfil.
Fue trasladado allí después de haber sido agredido físicamente en su antigua prisión en Tucson, Arizona, solo horas después de ser liberado entre la población carcelaria general, según el diario “The Washington Post”.
Coleman es un complejo conformado por cinco instalaciones separadas que incluye dos penitenciarías de alta seguridad, centro de media seguridad e institución de baja seguridad, según un manual de orientación de la institución.
Esta penitenciaría es conocida por ser una prisión más segura para los reclusos que probablemente sean atacados en otras prisiones (como informantes y delincuentes sexuales), y alberga a varios reclusos de alto perfil. El notorio ex mafioso James “Whitey” Bulger, por ejemplo, permaneció en ese reclusorio durante cuatro años.
A pesar de tener dinero en su cuenta, Nassar solo ha pagado US$300 de los más de US$ 62.000 que se le ordenó pagar como indemnización a cinco víctimas en un caso de pornografía infantil y como cuota para las víctimas de trata.
Una moción presentada este miércoles por el Departamento de Justicia de EE.UU. indica que todos los pagos de Nassar destinados a las indemnizaciones han sido “en forma de pagos trimestrales mínimos de US$25,00 basados en su participación” en el Programa de Responsabilidad Financiera de Reclusos, indicaba la moción.
“En otras palabras, Nassar ha pagado aproximadamente US$ 8,33 hacia sus sanciones monetarias penales por mes”, dijo la moción.
La revelación se produce dos semanas después de que el Departamento de Justicia determinara que los funcionarios del FBI que investigaban las acusaciones de abuso sexual contra Nassar hicieron declaraciones falsas y no documentaron adecuadamente las quejas de las denunciantes, lo que provocó un retraso en la investigación.
Rachel Denhollander, la primera mujer que acusó públicamente a Nassar, aseguró que las negligencias del FBI permitieron al médico seguir cometiendo abusos.
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