Mitt Romney, ex candidato a la presidencia de Estados Unidos contra Barack Obama y bestia negra de Donald Trump, parecía listo el martes para volver al ruedo político con el retiro del senador republicano Orrin Hatch.
El anuncio de Hatch de que no se presentará a las legislativas de este año puede significar malas noticias para Trump, quien lo alentó a no renunciar para no despejar el camino al Senado a Romney, un abierto crítico del mandatario.
Después de meses de deliberación pública sobre su retiro, Hatch, actualmente el senador de mayor antigüedad de su partido, dijo que no buscará la reelección en noviembre, poniendo fin a su carrera de 40 años en el Senado.
"Todo buen luchador sabe cuándo colgar los guantes. Y para mí, ese momento se acerca pronto", dijo Hatch, un ex boxeador amateur de 83 años, en un mensaje de video a sus seguidores.
La partida de Hatch, senador por Utah, abre la vía para el regreso a la política de Romney, popular en ese estado donde vive una gran población mormona, como él.
Su trayectoria de respetado republicano del establishment lo convertiría en el favorito inmediato para una banca allí. Pero un incondicional del partido con peso en Washington podría ser una pesadilla para Trump.
Romney quedó como líder de la coalición anti Trump dentro del Partido Republicano cuando dijo en 2016 que el ahora presidente era "un fraude".
A principios de diciembre, poco después de que Trump visitara Utah, donde instó a Hatch a postularse para otro período, Romney atacó al candidato del Senado por Alabama Roy Moore, a quien Trump respaldó ese mismo día.
"Moore en el Senado de Estados Unidos sería una mancha en el Partido Republicano y en la nación", tuiteó entonces Romney, refiriéndose a las acusaciones por abuso sexual a adolescentes contra Moore, quien perdió por poco las elecciones.
En agosto pasado, después de que Trump dijera que "ambas partes" tenían la culpa de la violencia desatada en una manifestación de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, Romney exigió al presidente que se disculpara y "repudiara a los racistas".
La Casa Blanca declinó pronunciarse sobre a quién podría apoyar Trump en la carrera para suceder a Hatch. Pero la portavoz Sarah Sanders dijo que el presidente está "muy triste" por la partida de Hatch.
Romney, de 70 años, no ha declarado públicamente si se postulará, pero el martes agradeció a "mi amigo, el senador Orrin Hatch por sus más de 40 años de servicio a nuestro gran estado y nación".