Pasaron solo tres días de las elecciones y la tensión social sufre una escalada alarmante. A las protestas contra Trump en ciudades de ambas costas, que mantienen su impulso, se suma la multiplicación de grafitis racistas acompañados de esvásticas, de ataques contra mujeres musulmanas, de denuncias de agresiones contra inmigrantes en escuelas y universidades, y de cadenas de mensajes ofensivos en las redes sociales.
Los temores a una creciente intolerancia y episodios de odio en Estados Unidos se están convirtiendo en realidad después de la victoria del magnate y amenazan con profundizar aún más la fractura de la sociedad norteamericana.
Fuente: La Nación, GDA
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