Varios turistas pasean por una zona de discotecas y pubs de Magaluf, en Mallorca, España, país que registra un fuerte rebrote de coronavirus. (JOAN MATEU / AP).
Varios turistas pasean por una zona de discotecas y pubs de Magaluf, en Mallorca, España, país que registra un fuerte rebrote de coronavirus. (JOAN MATEU / AP).
Redacción EC

El contagio del es cada vez más frecuente en entre jóvenes que se relacionan con pocas precauciones en fiestas y actividades de ocio nocturno, confiados equivocadamente en que son inmunes y en que la enfermedad afecta principalmente a los ancianos, alertan autoridades y especialistas.

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“Les ha podido calar esa idea de que el virus afecta sobre todo a la gente mayor, con patologías previas, y que en caso de padecer la enfermedad, en ellos es menos grave”, explica a Efe Amaya Prado, psicóloga educativa y de familia.

En su comportamiento, también influye el desarrollo evolutivo de los jóvenes. “Piensan que a ellos no les va a pasar, que tienen mucha vida por delante”, asegura la experta.

Y todo a pesar de que las advertencias comenzaron hace tiempo, poco después de declararse la pandemia.

“No sois invencibles, este virus puede llevaros al hospital o incluso mataros”, avisó a las generaciones más jóvenes el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el 20 de marzo.

CONTAGIADOS DE MENOS DE 40 AÑOS

En España, ciertamente, la epidemia se cebó con los mayores en los momentos más duros, cuando el sistema sanitario se veía incapaz prácticamente de atender a todos los enfermos.

Entre marzo y abril, el 85% de los fallecidos tenían más de 70 años, muchos con patologías previas. La edad media de los contagiados era entonces de 62-63 años, según los datos oficiales.

Desde el 21 de junio, cuando terminó el estado de alarma y se intensificaron la actividad comercial y las relaciones sociales, la edad de los infectados comenzó a bajar, hasta los 36 años en el caso de las mujeres y 38 en el de los hombres en las últimas tres semanas, a la vez que el contagio crecía entre los más jóvenes. Algo que también está ocurriendo en países tan alejados entre sí como Francia y Japón.

OCIO NOCTURNO, FOCO DE CONTAGIO

La infección continúa activa en España en unos 500 brotes desiguales (el 70 % son de menos de 10 personas y el 60 % son casos asintomáticos), mientras que el viernes se superaron los 1.500 contagios en un solo día, según datos oficiales.

“Estamos en un escenario de control” de los focos, indicó este sábado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien pidió a los jóvenes nuevamente que cumplan las recomendaciones sanitarias. También reiteró que España es un destino turístico “seguro”, si se aplican los protocolos de higiene y prevención.

El origen de los contagios está, sobre todo, en reuniones familiares, fiestas particulares y establecimientos de ocio, además de concentraciones nocturnas ilegales de jóvenes al aire libre para consumir bebidas alcohólicas.

Son actividades en las que se relajan las medidas preventivas como el uso de mascarilla y la distancia interpersonal.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pidió ayer a las autoridades regionales que pongan “máxima atención” en el ocio nocturno y en las celebraciones.

Ya se aplican restricciones del número de clientes y de horario de apertura en establecimientos de hostelería, discotecas y bares de copas, apoyadas por el Ministerio de Sanidad.

Pero las autoridades tienen que luchar también contra la rebeldía de quienes siguen empeñados en las celebraciones o se niegan a respetar el aislamiento y someterse a las pruebas diagnósticas cuando se detecta algún caso.

No es, sin embargo, algo exclusivo de España. Ecuador, por ejemplo, procedió al cierre de bares, discotecas y centros de ocio; y en Quito se registran incumplimientos de la prohibición de beber en la calle y la obligación de llevar mascarila, así como fiestas clandestinas con menores de edad y jóvenes.

CÓMO SENSIBILIZAR

Ante este panorama, lo adecuado es sensibilizar a los jóvenes. “No solo tú te pones malo, sino que puedes contagiar a la gente que más quieres, a tus abuelos o a tus padres, que pueden enfermar e, incluso, llegar a morir”, es el mensaje que propone la psicóloga Prado.

Plantea campañas que muestren mediante vídeos, por ejemplo, cómo se contagia el virus y cómo protegerse. Y es fundamental que se transmitan en redes sociales, el canal de comunicación más habitual de los jóvenes.

Otro aspecto que, según esta especialista, puede influir en algunos jóvenes es que dan mucha más trascendencia a las relaciones sociales que al riesgo que conllevan.

Es decir, los amigos son la prioridad número uno, sobre todo después de que España soportara un duro confinamiento en las viviendas durante más de tres meses, entre marzo y junio, sin poder verse en persona.

Y para arraigar los comportamientos responsables entre los más jóvenes, los adultos y los líderese sociales y políticos tienen que ser un ejemplo intachable para evitar contradicciones entre lo que recomiendan y lo que hacen, algo que no siempre ocurre, según Prado.

Fuente: EFE

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