El gobierno británico publicó finalmente, después de diez años de batalla judicial con el diario The Guardian, su correspondencia con el príncipe Carlos sobre todo tipo de asuntos.
Se creía que las cartas revelaban injerencias del príncipe en los asuntos gubernamentales, un cambio respecto a la posición de escrupulosa neutralidad de su madre, la reina Isabel II.
Sin embargo, el primer vistazo a las cartas de los medios británicos no reveló grandes secretos.
Los textos escritos en 2004 y 2005 fueron publicados en la página web del gobierno y versan en su mayoría sobre los temas que más interesan al heredero, los agrarios y los arquitectónicos, pero van más allá.
En una de ellas, Carlos se queja al entonces primer ministro Tony Blair de que el ejército carece de un cierto equipamiento en Iraq.
"Me temo que este es un ejemplo más de que a nuestras Fuerzas Armadas se les pide que cumplan con un trabajo excesivamente difícil (particularmente en Iraq) sin los recursos necesarios", escribió Carlos.
Esta es una de las diez cartas enviadas a ministros. Hay otras 14 escritas por ministros y tres de secretarios privados.
Esta es una de las copias de las cartas que el príncipe Carlos mandó al entonces primer ministro británico Tony Blair. (Foto: The Guardian)
Tras la publicación de la correspondencia, a la que se opusieron la Casa Real y el gobierno, la oficina del príncipe Carlos emitió un comunicado defendiéndola.
"La publicación de las cartas privadas sólo pone de manifiesto su voluntad de expresar las inquietudes y sugerencias que se le plantean en sus viajes y encuentros".
"El príncipe de Gales", prosigue el comunicado, "pone sobre la mesa temas de interés público, tratando de hallar una manera práctica de abordar los temas".
El Tribunal Supremo británico dio luz verde en marzo a la publicación de las cartas.
El caso arrancó en 2005, cuando Rob Evans, un periodista de The Guardian, solicitó ver un cierto número de comunicaciones escritas entre el ejecutivo y el príncipe entre setiembre de 2004 y abril de 2005, pero se topó con una negativa.
El diario acusa al gobierno de haber gastado más de £400.000 ( US$ 630.000) en costes legales para impedir la publicación.
El heredero al trono no ha ocultado que le gustaría ser más activo políticamente que su madre Isabel II.
Andrew Morton, un experto en asuntos de la monarquía británica, dijo que las cartas "no nos dicen mucho más de lo que ya sabíamos: que el príncipe es un granjero que sabe y le gusta opinar de temas rurales, que le preocupan el medio ambiente y los edificios que se caen a trozos".
Fuente: AFP