“No tengo miedo, ¿pero esta nación está preparada para cuestionarse sobre las razones que hacen que todos los días en el periódico se hable del partido Hermanos de Italia como si fueran monstruos, mientras que se estima que el movimiento cuenta con el consenso del 25% de los italianos?”.
Giorgia Meloni, la dueña de esas palabras y lideresa de la agrupación de ultraderecha en cuestión, es la favorita para convertirse en nueva jefa del Gobierno. Según las encuestas de intención de voto para las elecciones del 25 de setiembre, a ella la respalda un 48,2%, cifra contundente, resultado de una alianza entre los partidos del mismo corte. De confirmarse las tendencias, Meloni se convertiría en la primera mujer en llegar a lo más alto de la jefatura de gobierno del país europeo
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Para algunos, Meloni es sinónimo de polémica. Para otros, la voz cantante que no se esconde detrás de eufemismos. Recientemente prometió en redes sociales que en su gestión habrá mayor seguridad y mostró el video de una violación sucedida en una calle de Piacenza. Ha dicho también que el “verdadero objetivo de la ideología de género no es la igualdad, sino la desaparición de la mujer”. Tampoco ha pasado desapercibida su mirada particular sobre los refugiados: para ella los ucranianos que huyen de la guerra sí deben ser considerados como tales, pero no los africanos que se terminan convirtiendo en “nuevos esclavos” de las grandes corporaciones y precarizan el trabajo de los locales. Y, claro, rechaza por completo al “lobby LGTB”.
Pero es curioso cómo, a pesar de que otros políticos manejan el mismo discurso, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi hayan decidido apostar por ella y por Hermanos de Italia. No siempre fue así. El analista italiano Francesco Tucci recuerda que, hasta hace poco, Berlusconi ponía trabas a su ascenso. Ahora que es una fuerza inevitable, el exprimer ministro cambió su estrategia. “Su entorno empezó a empujarlo para acabar con la rivalidad interna y que acepte que ella y su partido serán la primera fuerza de la coalición. De hecho, algunos ya prevén que Meloni se llevará entre el 20% y 25% de los votos”, sostiene.
Apostar por Giorgia Meloni es la mejor jugada de sus aliados. Tucci explica que, a pesar de que ella logré un resultado histórico para su partido, la victoria no será determinante. “En Italia, los gobiernos son de coalición, así que si bien es probable que Meloni se proponga como primera ministra, no pueda trabajar sola y deba negociar con el resto”.
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Premio a los principios
Giorgia Meloni tiene 45 años y, desde el 2014, lleva la batuta de los Hermanos de Italia, movimiento que, según “La Vanguardia”, es “heredero de la tradición posfascista del desaparecido Movimiento Social Italiano”, creación de los seguidores de Benito Mussolini. Para setiembre del año pasado, la romana del barrio de Garbatella -considerado uno de los más típicos de la capital- logró que su partido desplazara a la Liga como el favorito de la ultraderecha. Para ellos, “primero Italia y los italianos”.
No es tan exagerado afirmar que Meloni siempre fue de ultraderecha. A los 15 años pasó a las filas del Frente de la Juventud, semillero del neofascista Movimiento Social Italiano (MSI). Ya en el 2006, lideró la Alianza Nacional, asociación estudiantil del corte similar, y, más tarde, fue elegida como miembro de la Cámara de Diputados. A los 31 años, durante la gestión de Silvio Berlusconi, se convirtió en la “ministra más joven de Italia” al encargarse de la cartera de Juventud. Con semejante envión, en el 2012 fundó Hermanos de Italia y ya para el 2020, presidió el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, junto a los polacos de Ley y Justicia (PiS) y los españoles de VOX.
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Su posible ascenso al poder en Italia se enmarca dentro de la crisis política que se vive en el país europeo. En julio, el primer ministro Mario Draghi renunció tras el desmoronamiento de su coalición, a la que la Liga y Forza Italia estaban adheridos. Casi de inmediato, el presidente, Sergio Mattarella, ordenó la disolución del Parlamento y de la Cámara de Diputados. De allí que se adelantaran los comicios (ya no serán en marzo del 2023 sino este 25 de setiembre) y que Hermanos de Italia cobrara mayor peso al ser el único de ultraderecha en sostener su rechazo a Draghi.
Y como caído del cielo, hace poco uno de los candidatos del Partido Demócrata, Raffaele La Regina, renunció a sus aspiraciones luego de tuitear: “¿En qué crees más: en los extraterrestres o en la existencia del Estado de Israel?”.
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Tucci comenta: “El panorama es favorable para Meloni, tanto porque ha demostrado ser coherente, como por la crisis coyuntural, las migraciones, la crisis económica. Y ahora todo lo relacionado con el gasto energético. Draghi no pudo tomar medidas para bajar el costo del gas, y ahora ella propone alternativas que llaman la atención de un electorado crítico de la gestión anterior y que vive preocupado por lo que se viene”.
Y añade: “Es probable que Meloni gane, que su partido sea el más votado, pero no va a obtener la mayoría de los escaños en el Parlamento. Será por tanto, la minoría más grande y, cuando forme Gobierno, tendrá que llegar a acuerdos”.