Barcelona. Miles de simpatizantes independentistas catalanes colapsaron este lunes el aeropuerto El Prat en Barcelona en protesta por la sentencia del Tribunal Supremo español que dictó penas de entre 9 y 13 años para los políticos catalanes en prisión provisional
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El aeropuerto de Barcelona (noreste de España) se convirtió en el epicentro de las protestas del movimiento secesionista contra la sentencia judicial, que movilizó a miles de personas, colapsando sus accesos y obligando a cancelar un centenar de vuelos.
A pie, por carretera, en metro y en tren, miles de manifestantes siguen las directrices de la plataforma “Tsunami democràtic” (“Tsunami democrático”), que llamó desde el conocimiento de la sentencia a acudir “de inmediato y por todas las vías posibles” a colapsar el aeropuerto barcelonés.
El colapso de El Prat a causa de las protestas obligó a la aerolínea Vueling a anular 100 vuelos previstos para hoy y a cancelar otros 20 para mañana martes.
Los accesos a las terminales vivieron a lo largo del día momentos de tensión, como cuando los agentes de la policía autonómica catalana cargaron contra parte de los manifestantes congregados frente a la puerta de llegadas.
El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) atendió a lo largo del día a 13 personas, aunque ninguna de ellas de gravedad.
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Apenas habían pasado unos minutos del anuncio de la condena contra sus líderes y los independentistas catalanes ya se habían echado a la calle, cortando calles y carreteras como comienzo de unas protestas que “van para largo”, aseguraban.
“Hoy será un día histórico, se nota en el ambiente. Están pasando cosas muy bestias, no nos podemos quedar en casa”, aseguraba Oscar Quiles, empresario inmobiliario de 47 años.
La condena del Tribunal Supremo de entre 9 y 13 años de cárcel para nueve de los independentistas juzgados por el intento de secesión de octubre de 2017 se publicó cuando llegaba a su oficina.
Sin pensárselo llamó a su madre para ir juntos a la plaza Cataluña, en el centro de Barcelona, punto de encuentro de las numerosas manifestaciones espontáneas formadas desde primera hora de la mañana.
A mediodía, la plaza ya estaba a rebosar con miles de personas con banderas independentistas y pancartas con consignas como “libertad presos políticos” o “lo volveremos a hacer”. Los manifestantes después se dirigieron hacia el aeropuerto con intención de bloquearlo.
“La gente está muy caliente, se nota en el ambiente”, advertía este empresario.
La tensión se respiraba desde el amanecer en esta ciudad. Un helicóptero sobrevolaba el cielo nublado y numerosas furgonetas policiales protegían posibles objetivos de las protestas como la principal estación de trenes, las dependencias judiciales o el aeropuerto.
En previsión de una sentencia condenatoria, los separatistas hacía semanas que se preparaban e incluso crearon una plataforma llamada ‘Tsunami Democrático’ para organizar las protestas.
“¡Mañana todos listos! Cuando salga la sentencia, la respuesta será inmediata”, advertía esta asociación, cuyos impulsores se mantienen anónimos, en un grupo de la aplicación de mensajería Telegram con 150.000 seguidores.
Y así fue: apenas unos minutos después, se formaron manifestaciones espontáneas frente a los puestos de trabajo, numerosos universitarios abandonaron las aulas e incluso los diputados separatistas organizaron una protesta dentro del Parlamento regional.
Para los próximos días están previstas marchas de varios días para paralizar la región, manifestaciones en numerosas localidades y una huelga general el viernes.
“Ahora lo que tenemos que hacer es movilizarnos y dar la cara por ellos (los condenados). Movilizaciones pacíficas pero determinadas”, explicó en una de las primeras protestas en Barcelona Joan Guich, estudiante de matemáticas de 19 años.
“La única vía que nos queda es la desobediencia. Esta semana será toda de movilizaciones y va para largo”, añadía unos metros más allí Juli Cuellar, funcionario de 44 años.
Todas ellas se unieron en la plaza Cataluña, donde los había convocado a las 13:00 (11:00 GMT) la misteriosa plataforma Tsunami Democrático para darles nuevas órdenes.
Sus impulsores son anónimos y aseguran no depender de asociaciones ni partidos separatistas, aunque estos están informados de su funcionamiento interno. Entre ellos se comunican por aplicaciones de mensajería criptadas como Wire.
“No sabemos exactamente qué tendremos que hacer”, reconocía Arnau Font, dependiente de una tienda de tecnología de 22 años que se tomó toda la semana de vacaciones para implicarse en las protestas.
“Pero tenemos que implicarnos. Ahora mismo siento mucha impotencia por las sentencias, cuando me enteré tenía ganas de llorar”, afirmó.
La incertidumbre se terminó unos minutos después, cuando un mensaje de Telegram del llamado “Tsunami Democrático” llegó a los móviles de muchos presentes.
“Ha llegado el momento de hacer sentir nuestra voz al mundo. Objetivo: detener la actividad del aeropuerto de Barcelona”, anunciaba este mensaje, recibido en la plaza a gritos de “Todos al aeropuerto”.
Fuente: AFP / EFE