Dublín (AP)
La Iglesia Católica en Irlanda está enfrentando nuevas acusaciones de negligencia infantil después que una investigadora encontró registros de 796 niños pequeños que fueron enterrados en una fosa común junto a un orfanato para hijos de madres solteras.
La investigadora, Catherine Corless, dijo que su descubrimiento de registros de niños fallecidos en la casa manejada por monjas católicas en Tuam, condado de Galway, indica que un antiguo pozo séptico lleno de huesos es el último lugar de descanso de la mayoría de esos niños, o de todos.
Líderes eclesiásticos en Galway, en el occidente de Irlanda, dijeron que no estaban enterados de que tantos niños que murieron en el orfanato habían sido sepultados ahí, y señalaron que apoyarán los esfuerzos locales para marcar el lugar con una placa que incluya a todos los niños.
Registros de defunción del condado de Galway mostraron que los niños, en su mayoría bebes y pequeños que comenzaban a caminar, fallecieron de diversas enfermedades en el orfanato durante los 35 años que funcionó, desde 1926 a 1961. El edificio, que antes había sido un asilo de adultos sin hogar, fue demolido hace décadas para construir casas nuevas.
Una inspección gubernamental de 1944 registró evidencia de desnutrición entre algunos de los 271 niños que vivían entonces en el orfanato de Tuam, junto con 61 madres solteras. Los registros de defunción citan como causa de enfermedad, epidemias, deformidades y nacimientos prematuros. Esto reflejaría una Irlanda que, en la primera mitad del siglo XX, tenía uno de los peores índices de mortalidad infantil en Europa, con abundante presencia de tuberculosis.
Ancianos de la región recuerdan que los niños asistían a una escuela local, pero eran separados de otros alumnos, hasta que eran adoptados o colocados -alrededor de los 7 u 8 años de edad- en escuelas industriales operadas por la Iglesia. En esas escuelas no recibían pago alguno, pero sí eran maltratados. En apego a la enseñanza católica, a esos niños nacidos fuera de matrimonio se les negaba el bautismo.
Está bastante documentado que en la Irlanda de la primera mitad del siglo XX, los orfanatos y asilos operados por la Iglesia frecuentemente sepultaban a sus muertos en tumbas sin marca y en terrenos no consagrados, reflejando cómo las madres solteras, catalogadas como 'mujeres caídas' en la cultura de la época, eran normalmente excluidas por la sociedad e incluso por sus propias familias.