Con casi siete décadas en el trono, Isabel II, la reina de 94 años, terminó el 2020 más fuerte que nunca y vive sus horas más gloriosas. Sin sufrir desgaste tras el largo proceso que condujo a la separación del Reino Unido de la Unión Europea, cuenta con una abrumadora aprobación de más del 70% de la población, según YouGov.
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¿Cuál es secreto que hizo que esta mujer pudiera mantenerse tanto tiempo en el trono y pareciera no sufrir las consecuencias?
“Annus horribilis”
Los años 1992 y 1997 fueron los más difíciles para la monarquía británica. Durante el primero de sus años complicado, Isabel II ya llevaba 40 años como reina, y celebraba su llamado Jubileo de Rubíes con un discurso solemne, en este sorprendió con la expresión “annus horribilis”, relata un artículo de ABC.es.
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Con esas palabras, reconocía que el año le había resultado muy complicado: dos de sus cuatro hijos (Andrés y Ana) se habían divorciado. Además, el castillo de Windsor, su residencia favorita, había sufrido un grave incendio. Y, como si fuera poco, el príncipe Carlos salía en las portadas de todos los tabloides y la princesa contaba todos los pormenores de matrimonio.
Cinco años después, con la muerte de Diana, de solo 36 años, la reina se vio desbordada por el tremendo impacto de la noticia en su pueblo y en el mundo entero.
Ese seguramente haya sido el momento más difícil del largo reinado de Isabel II porque con la noticia de la muerte de Diana parecía haber perdido eso tan preciado por la monarquía: el lazo con el pueblo.
Cambio de imagen
Veinte años después de la muerte de la princesa Diana, otro golpe sacudió el Reino Unido y el mundo. La pandemia del COVID-19 amenazó la economía mundial, pero no la popularidad de la Isabel II. De acuerdo a YouGov, la principal firma demoscópica del país, la reina es la figura más valorada de la Familia Real británica, con un más del 70% de aprobación y solo un 12% de rechazo.
A la reina le sigue su nieto Guillermo, con un 73% de imagen positiva. En el grupo de los que tienen peor imagen están Meghan Markle, con un 59% de rechazo, y el príncipe Andrés, que solo recibe la aprobación del 7% de la población tras verse salpicado por el escándalo Jeffrey Epstein.
Según YouGov, el 55% de los británicos consideran que la monarquía es “buena para el Reino Unido”.
El mérito de hacerse fuerte en 2020
Terminar el año con una alta popularidad y gran apoyo es un mérito, debido a que el 2020 no ha sido sencillo para la realeza británica.
El primer dolor de cabeza para Isabel II fue en enero, cuando el Palacio de Buckingham informó que el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle ya no seguirán usando el título de Su Alteza Real y no recibirán financiamiento público, pues han dejado de ser miembros activos de la familia real.
Así fue narrado por diversos medios británicos.
La reina Isabel II hizo el anuncio como parte de un acuerdo con la pareja -que entró en vigor en la primavera boreal de este año- el cual responde al deseo de los duques de Sussex de dejar sus responsabilidades con la casa real británica.
El segundo impacto del año fue sufrir la pandemia de cerca, dado que hubo dos contagios en la familia: su hijo Carlos y su nieto Guillermo. En marzo, Isabel fue a refugiarse en Windsor, lugar en el que hoy continúa. Allí está junto a su esposo y un staff imprescindible, a fin de evitar el contagio
Pese a tener que estar confinada, Isabel siguió activa con distintos eventos por videollamada. Si bien en 2019 la soberana mantuvo 295 compromisos públicos, superando a sus hijos y nietos; en el año de la pandemia han caído a 133, de los que 71 fueron virtuales.
El Brexit
La Unión Europea (UE) y el Reino Unido han materializado este viernes, con la entrada del 2021, su completa separación después de casi medio siglo juntos y ahora tendrán que aprender a vivir el uno sin el otro.
Como se recuerda, el 20 de diciembre de 2019, Boris Johnson presentó a la Cámara de los Comunes el proyecto de ley, que es aprobado el 9 de enero de 2020. Tras ser promulgado por la reina Isabel II, el texto es ratificado por el Parlamento Europeo el 29 de enero.
El 31 de enero, los británicos salen oficialmente de la UE y entran en un período de transición hasta el 31 de diciembre de 2020, con la posibilidad de una prórroga, durante el cual siguen aplicando las reglas de la UE.
Así, cuatro años y medio después de que los británicos votasen en un referéndum a favor del Brexit, el Reino Unido ha iniciado una nueva era al estar sujeto a sus propias leyes, bajo jurisdicción de sus tribunales, con control de sus aguas y la libertad de negociar acuerdos comerciales con países fuera del bloque comunitario.
La vacuna contra el COVID-19
La reina Isabel II recibirá en las próximas semanas la vacuna Pfizer-BioNTech, que ya obtuvo luz verde de las autoridades sanitarias británicas.
La monarca de 94 años y su esposo, el príncipe Felipe, de 99, se vacunarán pronto debido a su edad y no por un trato preferencial, afirmó el Mail on Sunday.
Según el diario, los dos revelarán que se les ha administrado la vacuna para “animar al mayor número posible de personas a vacunarse”, en medio de temores de que los activistas antivacunas siembren dudas en la población.
El Reino Unido aprobó la vacuna contra el coronavirus desarrollada por los laboratorios Pfizer y BioNTech para una campaña de vacunación que comenzó entre las personas más ancianas y vulnerables.
La reina de Inglaterra alabó a las enfermeras y mandó un mensaje de ánimo y de apoyo a las personas afectadas por la pandemia decovid-19 en su discurso por Navidad.
La monarca se dirigió a la nación como acostumbra cada 25 de diciembre para recordar un año que ha “mantenido a la agente alejada, pero que nos ha servido para acercarnos”.
“Mi familia y yo hemos sido inspirados por las historias de la gente que se ha ofrecido como voluntaria en sus comunidades, ayudando a los más necesitados”, dijo la Reina en su discurso anual.
“En el Reino Unido y en todo el mundo, la gente ha sabido hacer frente a los retos y dificultades de este año y esto me llena de orgullo. Me gustaría agradecer en particular a los jóvenes por el papel que han jugado”, añadió.
Estas fiestas fueron las primeras en casi cuatro décadas que la reina no pasó en su residencia de Sandringham, como es habitual, sino que permaneció en el castillo de Windsor, junto al duque de Edimburgo, como ha hecho desde que se desencadenó la pandemia.
Esto quiere decir que no se ha podido reunir con el resto de su familia por las restricciones que existen en el Reino Unido y que mantienen a buena parte del país prácticamente confinado.
Ante esta circunstancia, la monarca se acordó de todas las personas que, por una razón, u otra, han perdido a algún ser querido a lo largo de los últimos meses o que están pasando estas fechas en soledad.
“Para muchos, este año estará teñido de tristeza. Unos lamentarán la pérdida de alguna persona que querían, mientras que otros echarán de menos a sus amigos y familiares al estar lejos de ellos por seguridad, cuando lo único que realmente todos queremos en estas fechas es un abrazo o que nos den la mano”, afirmó.
“Si eres uno de ellos -dijo-, que sepas que no estás solo y que mis condolencias y oraciones están contigo”, puntualizó.
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