Uno de los ‘jets’ en el aeropuerto Matecaña que es investigado por las autoridades. (Foto: Policía de Colombia)
Uno de los ‘jets’ en el aeropuerto Matecaña que es investigado por las autoridades. (Foto: Policía de Colombia)
Redacción EC

. Hasta hoy es todo un misterio qué hay detrás de la llegada de tres lujosos jets privados, con 35 pasajeros a bordo, que aterrizaron en el aeropuerto Matecaña, de Pereira, a finales del año pasado. El primer desembarco de supuestos turistas se produjo en agosto y venía de Tapachula, en límites entre México y Guatemala.

La aeronave, un ‘jet’ British Aerospace 125, traía a ocho personas y fue inmovilizada por orden de la Policía Antinarcóticos, que, después de revisar el equipaje, encontró inconsistencias aduaneras que incluían la falta de documentos que ampararan su ingreso al país.

Además, agencias antimafia extranjeras pidieron chequear si ese vuelo podía formar parte de la seguidilla de aviones privados que la mafia está utilizando para entrar dólares, sacar coca y mover personal de diferentes carteles internacionales.

Ya no hay duda de que una confederación de carteles europeos y colombianos reactivaron la ruta –usada en los 80 por la mafia–, aprovechando las debilidades del servicio privado para clientes VIP y los filtros oficiales. Con el ‘narcojet’ que salió de Bogotá hace dos semanas hacia el Reino Unido, ya son tres los vuelos chárter que han caído en Europa moviendo 2,7 toneladas de coca colombiana.

Cada año salen del país cerca de 4.500 de estos vuelos y 2.500 despegan desde el aeropuerto El Dorado de Bogotá sin ser requisados en su totalidad. Y ahora la DEA y el ICE tienen evidencia de que el mismo ‘modus operandi’ se viene usando en Cartagena, Cali, Medellín y, especialmente, Pereira.

- De fiesta en Pereira -

En Tapachula, el origen de dos de los vuelos que llegaron a esa ciudad, hay cinco carteles: Jalisco-Nueva Generación, Sinaloa, ‘los Zetas’ y ‘los caballeros templarios’. Casi todos hacen fuerte presencia en 10 departamentos de Colombia.

El primer aparato que llego a Pereira permaneció en los hangares de una compañía colombiana cuyo vocero dijo no estar autorizado para hablar.

Y aunque no se descarta que los pasajeros fueran empresarios de alto nivel, a las autoridades les llamó la atención la llegada del segundo chárter proveniente de esa ciudad mexicana.

Este aterrizó en octubre del 2017, con otros 8 pasajeros. El diario El Tiempo estableció que la aeronave en la que venían fue adquirida hace un mes por alguien en Metepec, una pequeña ciudad cerca del Distrito Federal. La Unidad de Inteligencia Financiera mexicana ha detectado allí inversiones de los carteles de Sinaloa y norte del Valle.

Y hubo un tercer ‘jet’, con capacidad para 19 personas, que llegó desde Querétaro, con varios sujetos que dijeron ir a una gran fiesta en Pereira con mujeres colombianas.

En total, se siguió el rastro a 46 vuelos privados que llegaron a Pereira en 2017 y al menos seis tenían matrícula mexicana. Uno de ellos es un Embraer 190, para cien pasajeros.

“Los que venían de Tapachula y Querétaro no traían dólares ni sacaron coca, pero es evidente que está ingresando gente desde lugares apartados de México y que Pereira se convirtió de pronto en un lugar de interés para sujetos que llegan en lujosos aviones”, aseguró un agente federal. Y agregó que Querétaro se ha convertido en un refugio de narcos mexicanos y allí vivió el fundador del cartel de Sinaloa, Juan José Esparragoza, alias el Azul.

La investigación de los vuelos a Pereira avanza a la par con la del ‘narcojet’ de Bogotá. Como lo reveló el diario colombiano en exclusiva, ya registraron a Launy, firma que alquiló dos camionetas blindadas usadas para mover la coca por Bogotá.

Y Central Chárter, dueña del hangar y que le pidió a la Policía requisar el ‘narcojet’ –solicitud que no fue atendida–, ya entregó videos de la operación. En estos se ve al albañil inglés Martin Neil y su hermano Stephen; el miembro de la mafia italiana Alessandro Iembo, y los españoles Víctor Franco y José Miguélez.

Y las rutas de las blindadas, grabadas por un satélite, son una pista para dar con los dueños de la coca y sus cómplices civiles y oficiales.

Fuente: El Tiempo, GDA

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