Brasil suma casi 400 muertes por COVID-19 y vuelve a niveles de marzo

Brasil registró este martes 396 nuevos fallecidos asociados al COVID-19, la cifra más alta desde el pasado 17 de marzo (485), en un momento en el que país vive un nuevo repunte de la pandemia de coronavirus, según los datos del Gobierno.

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Brasil, una de las naciones más golpeadas del mundo por el SARS-CoV-2, acumula ya 672.429 decesos y 32.610.514 infectados, tras los 74.591 positivos reportados en el último día, de acuerdo con el último boletín del Ministerio de Salud de Brasil.

La curva de contagios y óbitos empezó a subir en los últimos días de mayo y se mantuvo al alza en junio, coincidiendo con la entrada del invierno austral en la mitad sur de Brasil, lo que propicia la circulación de enfermedades respiratorias.

Actualmente, la media diaria de muertes vinculadas al COVID-19 está en 226 en Brasil, mientras que la de casos roza los 60.000, promedios que no se observaban desde el pasado mes de marzo.

Este martes, el ministro de Justicia de Brasil, Anderson Torres, informó que dio positivo en coronavirus, pocas horas después de haber participado en una reunión de gabinete convocada por el presidente Jair Bolsonaro, quien desdeña desde el inicio la gravedad del virus.

Por otro lado, los expertos epidemiológicos sospechan que el número real de positivos podría ser bastante mayor ante el uso generalizado de los test caseros que son vendidos en las farmacias.

Los datos mantienen a Brasil como el segundo país con mayor número de fallecidos por COVID-19, apenas por detrás de Estados Unidos (1 millón), y el tercero con más contagiados, después de la nación norteamericana (86,7 millones) e India (43,5 millones), de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hasta el momento, un 78 % de los 213 millones de brasileños tiene la pauta de vacunación completa, mientras que un 47 % se ha puesto ya la primera dosis de refuerzo, según las estadísticas oficiales.

La gestión de la pandemia en Brasil ha estado marcada por el negacionismo del presidente Bolsonaro, quien censuró las medidas de aislamiento, minimiza la gravedad del COVID-19 y hasta puso en duda la eficacia de las vacunas y las mascarillas.