Santiago. Los chilenos volvieron a copar el centro de Santiago este viernes, cuando se cumplieron cuatro semanas del estallido social, impasibles ante el acuerdo por una nueva Constitución alcanzado por el Gobierno y la oposición de Chile, que sí logró una respuesta optimista en el mercado cambiario y la bolsa.
Pese a que a primera hora de la tarde la Plaza Italia de la capital chilena, habitual punto de encuentro de las concentraciones, estaba desolada y todo parecía indicar que el acuerdo alcanzado en la madrugada por los parlamentarios desactivaría las protestas, decenas de miles de ciudadanos acabaron llegando al lugar.
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Por la noche, medios chilenos informaron que un manifestante murió en Santiago. Según el diario “La Tercera”, el fallecido, un hombre de 29 años, perdió la vida traes caer de la estatua del general Baquedano, en la Plaza Italia.
Personal del El Servicio de Atención Médico de Urgencias (SAMU) llegó al lugar para atender al joven, quien falleció producto de un paro cardíaco al ser trasladado a la Posta Central.
El portal de noticias Cooperativa señaló que testigos del hecho cuestionaron el actuar policial, ya que pese a la presencia de los funcionarios de salud, siguieron lanzando bombas lacrimógenas cerca a donde se encontraba el joven.
Durante el día, la movilización transcurrió en un ambiente mayormente pacífico y festivo, con cánticos, música y bailes, y solo al comienzo hubo algunos conatos de enfrentamientos con la policía.
“Hasta que caiga el Gobierno”, se podía leer en una de las pancartas, en una muestra de descontento con la Administración que preside Sebastián Piñera.
“Piñera, concha de tu madre, asesino igual que Pinochet”, cantaba otro grupo de manifestantes, que tiene presente las denuncias interpuestas contra agentes del Estado por la presunta violación de derechos humanos al reprimir las manifestaciones.
“UN PAPEL FIRMADO NO ES SUFICIENTE”
Redactar una nueva Constitución en democracia que sustituya a la actual, aprobada en 1980 en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es uno de los grandes reclamos de los chilenos que desde el pasado 18 de octubre protagonizan un estallido social sin precedentes.
Sin embargo, durante este tiempo, a las peticiones mayoritarias por mejores modelos de pensiones, salud o educación se han ido sumando las de muy distintos gremios, desde los transportistas a los profesores, y el mero acuerdo para llamar a un plebiscito e iniciar un proceso constituyente no parece haber sido suficiente para sofocar la protesta de inmediato.
A ello se sumaría la desconfianza de parte de la población en la clase política y la denuncia de que a este pacto se haya llegado sin contar con una participación ciudadana directa.
“Un papel firmado no es suficiente para acallar al pueblo que despertó (...). No podemos quedarnos tranquilos sólo con una nueva Constitución”, dijo el diputado del partido de izquierdas Convergencia Social en una entrevista con la radio local Cooperativa.
Por su parte, la portavoz del Gobierno, Karla Rubilar, agradeció que los “ciudadanos movilizados” hayan logrado que los políticos hayan alzado la vista y ver sus problemas, pero comentó que, tras el acuerdo constituyente, “tal vez es mejor salir de la calle” y dialogar en los barrios y en las poblaciones sobre cuál es el Chile que se quiere construir.
VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS
El acuerdo tampoco hace olvidar las denuncias por presuntas violaciones de derechos humanos que pesan sobre el Estado.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) suma 345 querellas interpuestas contra agentes policiales o militares, de las que 5 son las querellas por homicidio calificado y 7 por homicidio frustrado; mientras que 245 corresponden a hechos de torturas, en los que en 58 casos se acusó violencia sexual.
El INDH constató en su reporte que 217 personas presentan traumas oculares por el disparo de perdigones en el rostro, con los consecuentes daños en los globos oculares de los afectados.
ECONOMÍA RESPONDE POSITIVAMENTE
La economía sí reaccionó con alegría al acuerdo alcanzado por la clase política.
La Bolsa de Santiago cerró este viernes con un alza del 8 %, tras varios días de pérdidas, y el peso frenó el estrepitoso desplome, después de que el jueves superase la barrera de las 800 unidades por dólar.
El IPSA, el principal índice bursátil chileno, registró una de las mayores subidas de los últimos años y llegó hasta los 4.862 puntos, luego de haberse dejado el 12,5 % desde el inicio de la crisis social.
En el mercado cambiario, la divisa nacional frenó su depreciación cerrando este viernes en 772 unidades por cada dólar, algo que no había logrado la intervención económica de esta semana del Banco Central, que inyectó 4.000 millones de dólares.
“Yo estoy muy optimista que la senda de crecimiento va a retomar. No quiere decir que vaya a ser fácil, porque hay muchas cosas que han sido dañadas”, dijo a la prensa el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
Fuente: EFE