Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. (Bloomberg).
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. (Bloomberg).
Redacción EC

Que nadie se quede sin votar. Eso es lo que busca controlar el presidente Nicolás Maduro por medio del código que viene en el reverso del Carnet de la Patria, el documento chavista de identidad electrónico que regula desde principios de año el acceso a la comida y productos necesarios para el uso cotidiano.

Pero ese no es su único objetivo. Esta tarjeta de identificación, la que tienen al menos 14 millones de personas, tiene en su parte posterior un código QR (código de respuesta rápida, por sus iniciales en inglés), una evolución del código de barras que permite almacenar y leer información ilimitada, de acuerdo con lo publicado por el diario El Nacional.

Y gracias a ello, desde el gobierno pueden conocer la ubicación de los votantes, algo que sirve para presionar al pueblo, que este domingo puede participar de la votación de los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, lanzadas por el mandatario bolivariano con el fin de modificar la Constitución y repudiada por la oposición.

Maduro bromea al respecto, pero no sería una locura pensar que sí lo usará para saber quiénes lo apoyaron y quiénes no, qué cantidad de venezolanos apoyó su iniciativa y qué proporción respaldó a la oposición. Y por qué no pensar en que habrá represalias.

Con esta tarjetas, y desde hace más de seis meses, el gobierno visita casa por casa para conocer la necesidad que registró la persona cuando solicitó el carnet. Hay grupos que registran requisitos económicos, otros que entregan bolsas o cajas de alimentos a precios muy bajos.

Aunque no sea directa, la presión es visible.

Todo esto se da a cuatro meses de comenzadas las protestas en contra de Maduro, que decidió quitar poderes al Parlamento, en manos de la oposición desde diciembre de 2015, y avivó la indignación del pueblo, que reclama una solución a la crisis de alimentos y que abandone el poder y dé una salida democrática al país.

En los últimos tiempos en Venezuela, la inflación llegó a cifras record, no se consiguen alimentos y los que pueden comprarse están a precios irrisorios; además, en los hospitales no hay insumos y en las farmacias no se pueden comprar medicamentos.

Por las marchas y la represión de la Policía bolivariana, ya murieron cerca de cien personas.

Fuente: El Nacional, GDA
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