Andrea* departía con unos amigos el pasado sábado 3 de septiembre. Estaban en el centro de Bogotá. Había ingerido aguardiente y cerveza y, debido a su estado, decidió de manera responsable solicitar un servicio de transporte para que la llevara a su lugar de residencia.
Para esto utilizó una aplicación que presta servicios tanto en carros particulares como en taxis. El reloj marcaba las 11 de la noche y era la forma más segura de tomar transporte, en vez de abordar algún vehículo que transitara por la zona a esa hora.
Mira: Bogotá hoy: qué pasó con “Los Mala Fe”, los delincuentes que robaron artículos religiosos valorizados en 40 millones de pesos
A través de la plataforma le asignaron un vehículo de placas CCT361, conducido por un hombre llamado Anderson Espitia Trujillo.
Pese a su estado, Andrea recuerda que el conductor prendió una especie de aire acondicionado. Hasta ahí llegaron los recuerdos de la pasajera. Quedó profundamente dormida y cuando despertó estaba en su apartamento en Chapinero, con un fuerte dolor pélvico y completamente desnuda. La ropa estaba dispuesta a su alrededor.
Además, se dio cuenta de que faltaban muchas cosas de su propiedad.Un computador Levono, un iPhone 12 Pro Max, 900.000 pesos en efectivo y unas pastillas para hacer ejercicio habían desaparecido de su residencia. Todo tenía un valor total de nueve millones de pesos. Desconsolada, avisó a las autoridades lo que le había ocurrido y radicó su denuncia de manera formal.
Las autoridades activaron todos los actos urgentes y de inmediato comenzaron a seguirle la pista al agresor. En diez días ya tenían identificados todos sus movimientos, hasta que el miércoles 14 de septiembre se materializó su captura. En su poder estaban todos los artículos que le había robado a la mujer.
A Espitia se le imputaron los delitos de acceso carnal o acto sexual con persona incapaz de resistir y hurto calificado.Las pruebas de los investigadores eran tan contundentes que el conductor de la aplicación aceptó todos los cargos. De inmediato, el juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento.
”El conductor se las arregló para prender el ventilador de su carro y que de este saliera una sustancia que dejó a la joven completamente inconsciente”, dijo el fiscal José Manuel Martínez Malaver.
No es la primera vez que las mujeres son víctimas de abusos en los vehículos que prestan servicios de transporte. El 25 de abril de este año, un lamentable caso de abuso sexual se presentó también en la localidad de Chapinero, cuando una joven de 17 años salió de su trabajo en la zona y se subió a un taxi para regresar a su casa. La víctima fue encontrada desorientada y deambulando por la localidad de Ciudad Bolívar la noche del sábado 23 de abril, siete horas después, luego de que fuera reportada como desaparecida. La policía la auxilió y fue trasladada inmediatamente al hospital de Meissen, donde permanece hospitalizada y bajo valoración médica. Los exámenes de Medicina Legal dictaminaron que había sido objeto de violencia física y sexual.
Andrea tardará en recuperarse, pues la agresión fue premeditada y violenta. Los objetos robados se repondrán, pero el daño psicológico dejó una cicatriz imborrable.