La fábrica no se detiene hace más de un mes. Incluso los operarios se organizan para cubrir los turnos en los que alguno de ellos descansa o va a almorzar. Actualmente cuentan con 66 trabajadores. (Foto; La Nación/GDA).
La fábrica no se detiene hace más de un mes. Incluso los operarios se organizan para cubrir los turnos en los que alguno de ellos descansa o va a almorzar. Actualmente cuentan con 66 trabajadores. (Foto; La Nación/GDA).
Redacción EC

Los trabajadores de Anadelia S.A, una fábrica de mascarillas en Villa Martelli en Buenos Aires (), se mueven por el salón que es blanco y nítido, como un laboratorio. Algunos llevan muchos años en la empresa, pero otros comenzaron a trabajar hace muy poco tiempo.

Desde que empezó a surgir el avance del nuevo , que Amelia Campana, la gerenta de Producción, lo sitúa en los últimos días de enero, la compañía contrató 18 empleados nuevos y evalúan la posibilidad de contratar aún más.

Trabajan 24 horas por día, de lunes a lunes, y pasaron de producir 300.000 unidades al mes, a casi 2.000.000.

Para ingresar a la sala donde se fabrica el artículo tan preciado dada la coyuntura, hay que higienizarse las manos y ponerse alcohol en gel. También hay que cubrir los cuerpos de pies a cabeza y hasta los equipos para hacer esta nota debieron ser recubiertos con un material especial para que no se contamine el lugar.

La fábrica no se detiene hace más de un mes. Incluso los operarios se organizan para cubrir los turnos en los que alguno de ellos descansa o va a almorzar. Actualmente cuentan con 66 trabajadores.

“El 26 de enero estaba comiendo un asado y me llegó un mensaje que decía que podía subir la demanda de mascarillasporque había muchos pedidos de China . Ahí pensamos que esto se podía poner bravo y tomamos la decisión de empezar a abrir nuevos turnos de trabajo y contratar a más gente. Nos llamaban personas diciéndonos que se querían stockear de mascarillaspor si tenían que encerrarse en sus casas. Hay una gran psicosis”, detalla Campana, que es ingeniera textil.

En un principio contrataron a ocho personas, pero a los tres días sumaron otras ocho y el número fue creciendo. “Ahora la máquina está 24 horas funcionando”, agrega Campana. “Lamento que nuestra suerte sea por algo feo que está pasando, pero, por suerte, acá estamos trabajando mucho y hay muchos compañeros nuevos. Eso es bueno”, dice Sonia Sayago, una operaria que trabaja hace siete años en la compañía.

Demanda

Una parte de la producción es para el mercado local, y otra la exportan o termina siendo exportada por intermediarios que compran los mascarillascon ese fin. “Nos llaman instituciones y nos piden compras muy grandes. Hace poco me llamó una y al poco tiempo me pidieron que dupliquemos la cantidad. No sabría decirte qué cantidad se exporta, porque nosotros le vendemos a muchos intermediaros. Pero nos llegaron pedidos de España, Italia, Paraguay, Japón, Canadá, Chile, Uruguay, Ecuador, Rusia, entre otros”.

En la empresa hubo que tomar medidas para poder ordenar la demanda. Llegan pedidos de compra todos los días y las casillas de mail se convirtieron en algo difícil de manejar. Por eso, tuvieron que crear una casilla nueva, que está especialmente avocada a las solicitudes relacionadas a los mascarillas.

Aunque el negocio funciona como nunca, Campana señala: “Nosotros hacemos el barbijo quirúrgico triple capa con tiras. Lo que recomendamos es un uso responsable del barbijo, no lo tiene que usar todo el mundo. Hay que preguntarle al médico si sería conveniente usarlo. En lugares como Hong Kong, donde la crisis es importante, la gente usa nuestros mascarillas en la calle. Pero, de todos modos, no te tapa los ojos y por ahí puede entrar el virus”.

Ella describe que, ante el pedido de mascarillasen el grupo de madres del colegio, en el que ella participa, decidió bajarle el tono a ese pedido. “'Para qué quieren mascarillas', les dije. Qué médico les dijo que hay que usar barbijo, ninguno. Nosotros hacemos un producto de alta calidad, los mascarillasse sellan con ultrasonido que funde la tela gracias a una máquina que trajimos de Taiwán, de ese modo no tienen ninguna perforación y cuenta con una tela que hace de filtro, pero aún así, deben consultarle al médico si es conveniente usarlo”.

Omar Sued, médico de la Sociedad Argentina de Infectología, explica que la indicación de usar barbijo es solo para las personas que están atendiendo o cerca de casos sospechosos. “Estos sirven para evitar que una persona con coronavirus elimine la saliva que pueda estar infectada, pero no para frenar la entrada del virus, porque este también puede ingresar por los ojos o por tocar la superficie donde alguien haya estornudado. Dan una sensación de falsa seguridad, por eso no son recomendables para que la población general los utilice al circular por la calle”.

“Actualmente tenemos una demanda histórica, superior a la que tuvimos con la gripe A, pero queremos que nuestro producto vaya a quienes lo necesitan, y no que la gente los compre por miedo y sin sentido”, concluye Campana.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

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