Soldados ecuatorianos patrullan las calles para hacer cumplir las restricciones de encierro en medio de la pandemia de coronavirus en La Nueva Aurora, en el sur de Quito, el 17 de julio del 2020. (Foto de Cristina Vega RHOR / AFP).
Soldados ecuatorianos patrullan las calles para hacer cumplir las restricciones de encierro en medio de la pandemia de coronavirus en La Nueva Aurora, en el sur de Quito, el 17 de julio del 2020. (Foto de Cristina Vega RHOR / AFP).
/ CRISTINA VEGA RHOR
Redacción EC

Los ecuatorianos viven este domingo, con expectación e incertidumbre, el último día del Estado de excepción que se aplicó desde hace seis meses con el inicio de la pandemia del , bajo el reto de cuidarse a sí mismos de un mal que ha dejado más de 116.000 contagios y más de 7.000 muertos en el país.

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El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) ha definido, tras una consulta a la Corte Constitucional, que el Estado de excepción concluye a la medianoche de este domingo, por lo que desde el lunes se eliminarán las más fuertes medidas de protección aplicadas con el decreto: el toque de queda y las restricciones a las reuniones sociales.

No obstante, se mantendrá la emergencia sanitaria y las normas de bioseguridad básicas como el uso frecuente de mascarilla, el distanciamiento físico entre las personas (de al menos dos metros de distancia) y el lavado frecuente de manos.

Asimismo, se prohíben las concentraciones de personas en sitios públicos y se mantienen cerrados bares y discotecas hasta nueva orden, mientras que la mayoría de municipios mantendrán restricciones a la circulación de vehículos.

También se mantiene como requisito de entrada en el país a través de puertos, aeropuertos y pasos fronterizos, la presentación de las pruebas de diagnóstico PCR con resultado negativo y los periodos de cuarentena preventivos.

Las clases presenciales seguirán suspendidas en las escuelas públicas y seguirá en vigor el teletrabajo para grupos con alta vulnerabilidad a la COVID-19.

Aunque desde finales de mayo se ha producido un proceso paulatino y ordenado de disminución de las restricciones a la movilidad humana y a las actividades laborales, la finalización del Estado de excepción ha generado un debate entre la población.

Y es que en algunos parques y mercados de alimentos de varias ciudades del país, ya este domingo se notó una gran afluencia de personas, aunque en centros que podían reanudar sus actividades, como las iglesias, el aforo fue mínimo.

Juan Zapata, director del Sistema Integrado de Seguridad Ciudadana (ECU-911), que forma parte del COE, dijo a Efe que, si bien el Estado de excepción llega a su fin, la emergencia sanitaria se mantiene porque el coronvirus sigue en el país y aún no hay una vacuna que lo frene.

Zapata apeló a la responsabilidad ciudadana para encarar esta nueva fase.

Y dijo que han habido buenos ejemplos de esa “corresponsabilidad social”, como la reapertura de los balnearios en algunas playas del país, donde la gente ha mostrado que sigue las normas de bioseguridad como el distanciamiento físico, el lavado de manos y el uso de mascarillas.

También en la reanudación del campeonato ecuatoriano de fútbol, que se juega sin público en las gradas, pero que no ha generado los denominados “banderazos”, que eran grandes aglomeraciones de fanáticos en las afueras de los estadios.

Para él, “cuando hay un compromiso ciudadano, las cosa salen” bien, aunque, remarcó que si eventualmente se registra un aumento del contagio en determinadas jurisdicciones, las autoridades podrían decretar “estados de excepción o toques de queda focalizados”.

“Esperemos no llegar a esos escenarios”, apuntó el director del ECU-911.

Fuente: EFE

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Incendios forestales tiñen los cielos de San Francisco de un naranja apocalíptico. (AFP).
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