La insuficiencia de oxígeno medicinal, la saturación de las unidades de terapia intensiva (UTI) y la falta de medicamentos han comenzado a asfixiar a las ciudades bolivianas de Santa Cruz y Cochabamba, las más afectadas por la tercera ola de coronavirus que azota al país.
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A unos 55 kilómetros de la central Cochabamba, en la localidad de Arbieto se encuentra la planta Oxígeno del Valle, que opera las 24 horas del día y hace “maravillas” para intentar abastecer la creciente demanda, explicó a Efe su jefe de planta, Amílcar Huanca.
Esa industria tiene capacidad para recargar 10 cilindros por hora, con un total de 240 diarios y a veces se complica porque los equipos requieren descansar al menos una hora, indicó.
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“Pero con todo eso no logramos abastecer a toda la población. Puede verlo, hay mucha demanda, no sé cómo estarán haciendo las otras empresas, si están o no atendiendo, nosotros estamos haciendo nuestro trabajo, pero nos están exigiendo demasiado”, manifestó.
En las puertas de la industria a diario se forman largas filas de gente y vehículos desde la madrugada, a la espera de conseguir al menos un botellón de oxígeno.
“Yo ya vine unas tres veces. La primera vez éramos unos 20 autos en toda la mañana, era soportable, pero cuando la familia requiere bastante oxígeno y no te dura un botellón por día, ya es desesperante”, dijo a Efe Raúl, una persona que llevaba esperando desde la madrugada.
Este ciudadano lamentó que la enfermedad se esté manifestando ahora de una forma “más severa, más brusca”.
SATURADOS Y SIN MEDICAMENTOS
La situación es similar en Santa Cruz, la mayor ciudad boliviana y la más golpeada por la pandemia, donde a las filas infinitas en pos de oxígeno se suman la escasez de medicamentos y la saturación de las UTI.
Es el caso del Hospital Japonés, cuya UTI ha quedado rebasada por esta tercera ola que está dejando “más estresado” al personal de salud, sobre todo porque están llegando más jóvenes que en los dos picos anteriores, comentó a Efe la enfermera Sandra Ríos.
“No pensábamos tener tanta gente joven en terapia intensiva”, sostuvo Ríos, quien también lamentó el “colapso del servicio” y el cansancio que asecha a los trabajadores.
Otro problema es la escasez de medicamentos, sobre todo de sedantes como el fentanil, midazolam y atracurio, que difícilmente se encuentran en farmacias o se venden de forma privada a precios muy elevados.
Estos medicamentos son “indispensables” para manejar a los pacientes con covid-19 “porque tienen que estar sedados” para poder “recuperar la parte pulmonar”, explicó Ríos.
El ciudadano Celso Pesoa está viviendo en carne propia la falta de esos sedantes que requiere su esposa, que se contagió de covid-19 estando embarazada y dio a luz en el hospital a un bebé prematuro.
Pesoa contó a Efe que en la primera ola, una ampolla de estos medicamentos costaba unos 2,5 dólares, mientras que ahora están cobrando 11 o 12 dólares, o incluso más.
“La gente no tiene dinero y hace lo imposible para buscar esos medicamentos para que sus familiares no mueran”, lamentó.
Como ocurrió en los primeros picos de la pandemia, las redes sociales se han vuelto a llenar de campañas solidarias, pedidos de medicamentos y obituarios en varias regiones bolivianas, sobre todo en estas dos.
En ciudades como La Paz y El Alto, las UTI están llenas y hay gente en lista de espera, pero por fortuna aún no se ven los episodios dramáticos que viven Santa Cruz y Cochabamba.
Las 11 UTI del Hospital El Alto Sur se encuentran con pacientes que llegaron la semana pasada, mientras que hay otros 17 en el área de hospitalización y 2 más aguardan en emergencias a que se libere algún espacio en terapia intensiva, explicó a Efe su subdirector médico, Roberto Carlos Aranda.
Ese centro de salud coordina con otros para derivar a los casos que no alcanza a atender y también ha tomado previsiones para que no falten medicamentos ni oxígeno a sus pacientes, aseguró.
La Asociación de Cadenas de Farmacias confirmó hace unos días la escasez de una veintena de fármacos, atribuida a la “falta de provisión” por parte de los importadores y los laboratorios, y aseguró que hace las gestiones correspondientes para evitar esta situación.
El Gobierno boliviano ha anunciado que dos camiones cisterna con 20 toneladas de oxígeno están rumbo al país para abastecer a las regiones con más necesidades.
Bolivia acumula 14.226 muertes y 358.562 casos desde marzo de 2020.
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