La aguda crisis económica que atraviesa Venezuela, dificulta a sus ciudadanos celebrar este año la Navidad en una sociedad tradicionalmente consumista que solía gastar en ropa, calzado, comida y decoración. Pero ahora "el dinero no alcanza".
Diez salarios mínimos son necesarios en Venezuela para comprar una bicicleta, una muñeca y una tableta electrónica, monto que asciende a 9.648,18 bolívares (1.531 dólares a la tasa de cambio oficial más baja de 6,30 bolívares por dólar o 48 dólares a tasa Simadi, un mecanismo de compraventa "libre" de casi 200 bolívares por dólar).
El precio de una bicicleta económica es de 25.000 bolívares (3.968 o 125 dólares, según las tasas oficiales), una muñeca cuesta 15.000 bolívares (2.307 o 75 dólares) y las tabletas electrónicas a partir de 60.000 bolívares (9.524 o 300 dólares).
"Muchas familias se quedarán sin estrenos ni regalos, no hay dinero (...) lo que ganas se va en alimentos, o comes o vistes a los niños", dijo a Efe Lucía González, vendedora de La Hormiga, un mercado popular de la capital.
En el mismo mercado, una docente, cuyo nombre no quiso revelar, indicó que estima que se necesitan 200.000 bolívares por persona (31.746 o 1000 dólares según la tasa) para comprar ropa y calzado para las festividades. "No puedo estrenar", agregó.
Pese a ser día de cobro, los pasillos de La Hormiga lucen vacíos y las ventas, explican los comerciantes, han mermado.
"En esta época, en otros años, se vendía mucho", afirmó a Efe Claudio Ochoa, un vendedor que comparó la antigua afluencia de personas por estas fechas con "el metro chino".
Ochoa explicó que su mercancía es importada a Venezuela con dólares obtenidos en el mercado negro "porque el Gobierno no da Simadi", por ello "las cosas suben al ritmo del paralelo".
Desde 2003 la exclusiva de compraventa de divisas está en manos del Gobierno de Venezuela y quienes no logran adquirir dólares en las tasas oficiales de 6,30 a casi 200 bolívares por dólar recurren al mercado negro en el que, para la fecha, se cotiza en más de 850 bolívares por dólar.
Mariángel Mordado, vendedora de camisas fabricadas en Venezuela dijo haber solicitado ayuda al Gobierno pues "los administradores" de mercados municipales como La Hormiga, manejado por la Alcaldía de Caracas, "se llevan el dinero" y no invierten en las instalaciones o los servicios, cada día más precarios.
"Mandamos cartas a (el alcalde de Caracas) Jorge Rodríguez y no tuvimos respuesta (...), hubo 14 robos a locales en un mismo día (...), los usuarios se quejan de la inseguridad y dejan de venir, por eso bajan las ventas", señaló.
María Pereira, vendedora de textiles, señala: "como comerciante, no hay navidades".
Esta situación se produce en el país con mayores reservas petrolíferas del globo, donde la inflación alcanza, según cifras extraoficiales, el 200 %.
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— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) diciembre 18, 2015
Fuente: EFE
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