Buenos Aires. Los países que integran el G20 intentaban el sábado hasta último momento llegar a un consenso sobre el comercio internacional y la sustentabilidad climática para alcanzar un acuerdo para un documento final durante su reunión en Argentina.
Los diplomáticos negociaban una declaración conjunta con dudas sobre el lenguaje a utilizar para referirse al Acuerdo Climático de París y a la Organización Mundial de Comercio (OMC). El presidente estadounidense Donald Trump retiró a su país del acuerdo de París y mantiene una posición proteccionista en el ámbito comercial.
Diplomáticos europeos dijeron que las conversaciones, que se extendieron durante toda la noche, han resultado en un posible "avance" sobre el comercio mundial. A pesar de la resistencia de Estados Unidos los funcionarios de la Unión Europea dijeron que los países están avanzando en una declaración final que reconocerá los problemas con la OMC y se comprometerá a reformarla.
Consultado sobre las diferencias en torno de la OMC, el ministro argentino de Agroindustria Miguel Etchevehere dijo en rueda de prensa que “Argentina como anfitrión debe dar un ámbito para que todos puedan expresarse y que se puedan lograr documentos de consenso... Ojalá hoy podamos llegar a ese documento”.
Frente a la perspectiva de una cumbre sin declaraciones sobre la sustentabilidad climática, las delegaciones europeas intentaban crear un frente común y presentarían su propia declaración por separado. Un funcionario de la Unión Europea dijo que el texto podría redactarse de forma que deje a Washington a un lado.
El viernes el canciller argentino Jorge Faurie dijo a periodistas que aunque todos los temas que se han tratado a lo largo de la cumbre “son de igual relevancia”, los vinculados con las relaciones comerciales y la lucha contra el cambio climático se debaten más “porque son donde estamos tratando de llegar al cierre y consenso de todos los participantes”.
Otro de los puntos de discordia es el apoyo financiero para los países que reciben flujos masivos de migrantes. Estados Unidos también bloqueaba cualquier mención a la migración en el documento, según fuentes que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a discutir en público el contenido de la reunión a puertas cerradas.
Las divisiones entre los países que conforman el G20 quedaron en evidencia cuando el presidente anfitrión, el argentino Mauricio Macri, inauguró la cumbre el viernes con un llamado a la cooperación internacional.
Mientras tanto la agenda sigue en buena parte dominada por la creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China, la polémica que rodea al príncipe heredero de Arabia Saudita Mohammed bin Salman por el asesinato de un periodista del Washington Post y la creciente tensión entre Rusia y Ucrania.
La de Trump y el mandatario chino Xi Jinping será la reunión bilateral sobre la que estarán posadas todas las miradas tras la mutua imposición de millonarios aranceles a las importaciones que han comenzado a afectar a la economía mundial.
“Es necesario el diálogo y adecuar los organismos internacionales a la necesidad de los países y también de sus habitantes. Está demostrado que las economías prosperan a partir del comercio bilateral”, dijo Etchevehere, quien llamó a “fomentar los acuerdos comerciales que son la contracara del proteccionismo”.
Trump intentó usar la cita para cerrar sus propios acuerdos comerciales. En tanto, dos de los hombres más criticados por Occidente -el heredero saudí y el presidente de Rusia, Vladimir Putin- parecieron buscar refugio mutuo con un firme apretón de manos mientras los demás líderes se sentaban a la enorme mesa para iniciar las conversaciones el viernes.
El fuerte operativo de seguridad desplegado por el gobierno argentino pareció demostrar su eficacia el viernes cuando una manifestación de unos pocos miles de personas por el centro de Buenos Aires trascurrió sin incidentes.
"Tuvimos una manifestación en la que fue muy importante el respeto mutuo al consenso que se acordó entre los organizadores y el Ministerio de Seguridad, que consistía en un marcha no violenta, pacífica, con un acuerdo que se aceptó el recorrido y se plantearon consensos en que no hubiera
"Tenemos una parte del trabajo cumplido", dijo y agregó "Argentina pudo demostrar la convivencia pacífica".
Las manifestaciones contra la cumbre preocupaban al gobierno luego de que dos semanas atrás la vivienda de un juez y el mausoleo de un jefe de la policía en un turístico cementerio fueron objetivo de supuestos anarquistas que intentaron atacarlos con explosivos caseros y que finalmente resultaron detenidos.
Unos 22.000 efectivos de distintas fuerzas de seguridad vigilan la zona donde se desarrolla la reunión de los líderes de las naciones más poderosas del mundo y otras emergentes. A los agentes argentinos se sumaron cientos de integrantes de las custodias particulares de cada mandatario.
El gobierno de Argentina se aprovisionó de vehículos blindados, motocicletas de alta cilindrada y escáneres antiexplosivos comprados a China. También se instalaron dispositivos para monitorear actividades radiológicas y nucleares y detectar explosivos.
- "Fuera Trump" -
Decenas de miles de argentinos se manifestaron en una Buenos Aires semidesierta y bajo un inédito dispositivo de seguridad que limitó al mínimo el servicio de transporte público.
Con grandes pancartas que dicen "Fuera Trump" y "Fuera el FMI", los manifestantes recorrieron pacíficamente la céntrica avenida 9 de julio, cuyas calles adyacentes fueron bloqueadas con vallas metálicas custodiadas por unos 2.500 agentes y guardias de infantería.
Se trata de un estricto recorrido pautado con las autoridades hasta el Congreso de la Nación.
"Vinimos a manifestar, a repudiar a los representantes de las potencias imperialistas y queremos hacerles saber que no son bienvenidos en nuestro país", dijo a la AFP Florencia di Llelo.
Debido a la cumbre, este viernes fue declarado feriado. También se suspendió el servicio de metro y de trenes que sirven principalmente a la periferia de Buenos Aires.
A la cabeza del cortejo que ocupó seis cuadras de la avenida 9 de Julio, la más ancha de Buenos Aires, avanzaron líderes de organismos de defensa de los derechos humanos. La mayoría de los manifestantes acudieron organizados, principalmente por partidos de izquierda y movimientos antiglobalización.
"Creemos que el G20 atenta contra el país", criticó Matías Gómez, delegado de una cooperativa.
- Trump-Xi -
La reunión del sábado entre Trump y su homólogo chino será el punto cúlmine del primer G20 en América del Sur.
Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.
El mandatario estadounidense dijo ver "buenas señales" en las relaciones comerciales entre ambos países.
Pero también se mostró reticente a un acuerdo en las últimas horas.
"Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo", dijo Trump antes de iniciar su viaje.
Al exigir que Beijing ponga fin a prácticas comerciales, Trump impuso aranceles que alcanzaron 300.000 millones de dólares, incluyendo 250.000 millones de dólares sobre productos chinos, y afectaron a importaciones de acero y aluminio de otros países.
Y China no tardó en reaccionar con medidas recíprocas, lo que ha avivado la "guerra comercial" que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.
La próxima batería de aumentos está prevista para el primero de enero, cuando los aranceles de Estados Unidos a importaciones chinas por unos 200.000 millones de dólares podrían subir de 10% a 25% si los dos gigantes no llegan a un acuerdo.
- No a Putin -
Apenas antes de dejar Washington, Trump canceló su cita prevista en Argentina con su par ruso debido al conflicto con Ucrania.
Las tensiones entre Kiev y Moscú alcanzaron su punto álgido estos días luego de que Rusia apresara a tres navíos militares ucranianos frente a las costas de Crimea. A continuación, el presidente ucraniano Petro Poroshenko alertó contra "la amenaza de una guerra total" con Rusia.
La anulación del encuentro ocurre en medio de la controversia en Estados Unidos por nuevas revelaciones en la investigación sobre una presunta injerencia de Rusia en la campaña presidencial estadounidense del 2016.
El presidente estadounidense reiteró su inocencia en relación a un acuerdo inmobiliario con Moscú que ha formado parte de la investigación. "Caza de brujas", tuiteó.
La polémica está al rojo vivo luego de que su ex abogado Michael Cohen se declarara culpable de mentir al Congreso sobre ese negocio de bienes raíces para limitar la pesquisa sobre la injerencia rusa en la campaña electoral.
Trump deberá también medir fuerzas con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global, antes de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
Pero el presidente estadounidense, quien no se cansa de poner en duda el cambio climático, retiró a su país de los acuerdos ambientales de París en junio del 2017, poco después de llegar a la Casa Blanca.
En ese contexto, será difícil que este G20 cumpla la promesa que hizo en su primera cumbre diez años atrás: el multilateralismo para asegurar la "prosperidad" en el mundo.
Fuente: AFP / AP