Por el tamaño de su barriga, la venezolana Virginia parece que está a punto de dar a luz, pero en realidad no sabe cuántas semanas tiene. Durante el que cree que fue su segundo mes tuvo un control prenatal en Colombia, y unos meses después una ecografía.
Por la intuición que le da ser madre por segunda vez, afirma que será una niña y aparte de los 'síntomas normales de un embarazo', no ha sentido nada diferente.
“Lo único que me da miedo es que no vaya a tener su nacionalidad. Para mí es imposible volver a Venezuela a registrarla. Entonces, ¿quién sabe?, ¿cómo hago para que la chamita no esté así?”, pregunta Virginia, una de las 8.209 mujeres venezolanas en estado de embarazo que a corte de junio estaba en el país, según Migración Colombia.
La misma estadística mostraba que de ese total, 6.304 no tenían controles prenatales, 8.045 no tenían seguridad social y que habían 7.496 mujeres lactantes.
En Puerto Asís, la situación puede ser más grave. Las autoridades no tienen datos oficiales y recurren a las que maneja Funvencol (Fundación de venezolanos en Puerto Asís, Colombia) para dar un estimativo. Según la fundación, en Puerto Asís hay 13 mujeres embarazadas, 2 más en Puerto Caicedo y 2 más en La Hormiga.
“Estoy seguro que pueden ser más porque no todos conocen la fundación, y algunos, muy pocos, no han querido acercarse para que nosotros podamos hacer el mapeo y tenerlos en el radar”, explica Julio Sifontes, presidente de Funvencol.
Unas 10 mujeres embarazadas han denunciado que les hacen cobros, que nos les prestan todos los servicios y expresan temor por el día del parto. Sin los controles de su embarazo, muchos están en alto riesgo y han corrido rumores de cobros por cesárea de hasta 7 millones de pesos. Otras más han intentado ingresar al Sisbén, pero afirman que por ser profesionales o por las zonas en donde viven, el puntaje no les da y han terminado fuera del sistema.
“A mí me dijeron que solo podían atenderme una vez, entonces ahora tengo seis meses de embarazo y solo me he hecho un control prenatal y una ecografía”, cuenta Elizabeth Vásquez, quien llegó hace 5 meses de Venezuela.
Las directivas del hospital local de Puerto Asís responden que no son ciertas estas denuncias y que la atención se ha prestado y es gratuita. Eso sí, explican que se hace a la luz de la directriz del Ministerio de Salud de que todas las personas (colombianas o extranjeras) que ingresen por urgencias son atendidas sin cobrarles un solo peso.
“Hemos atendido a niñas, adolescentes y mujeres en embarazo completamente gratis, aunque eso es un detrimento para la institución”, explica Nancy Deaza Hernández, subdirectora científica de la ESE hospital local de Puerto Asís.
Deaza afirma que, aún sin un lineamiento claro por parte de las autoridades, se han prestado los servicios y que es una política del hospital tener cero barreras para las mujeres gestantes. Y explica que el cobro se le ha hecho directamente al Ministerio de Salud.
“Es claro que el país no ha dado línea técnica ni recursos financieros para la atención de población migrante, especialmente la venezolana.
La Empresa Social del Estado del Hospital Local jamás le ha hecho un recobro (…) lo que sí se hace por protocolos de atención externos e internos es una valoración y un análisis psicosocial con una trabajadora social, pero eso no quiere decir que se le esté cobrando, solo que dentro del hospital debe quedar una factura para ver cuál es el cobro que le hacemos al Ministerio”, manifiesta.
Y el tema de los recursos no es menor. Colombia nunca ha sido un país de migrantes y nunca esperó un éxodo como este. Aunque existe un decreto, el 866 de 2017, que da recursos del Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga) a los departamentos para atender a los extranjeros de países fronterizos tiene dos grandes excepciones.
La primera es que solo son atendidas las personas de países que limiten con el departamento. En el caso de Puerto Asís, el dinero puede cubrir las urgencias de peruanos y ecuatorianos, pero no de venezolanos porque no es un país limítrofe.
La segunda es que solo se dan recursos para urgencias. Eso quiere decir que, en teoría, las mujeres en embarazo no podrían acceder a ecografías y controles prenatales. También que no pueden tener por un parto programado y que para ser atendidas deberían entrar por urgencias.
Su otra opción es irse hasta Nueva Loja, también llamado Lago Agrio, en Ecuador. La ciudad está a unas cuatro horas de Puerto Asís. Desde La Hormiga el hospital ecuatoriano Marco Vinicio Iza, el más cercano, queda a una hora y media en bus.
Ecuador no tiene cifras concretas de cuántas mujeres han ingresado a ese país en estado de embarazo y tampoco de cuántas solo pasan la frontera para ser atendidas en el parto.
Sin embargo, las cifras más prudentes hablan de al menos 4 mil mujeres atendidas. Al menos unas 800 habrían sido atendidas en hospitales de Ecuador en San Miguel de Tulcán (la ciudad más próxima al puesto fronterizo de Rumichaca) y Nueva Loja (la ciudad más próxima al puesto fronterizo de San Miguel).
El viaje hasta Nueva Loja puede ser costoso porque la mayoría de mujeres lo hace con una fecha próxima al parto y por ello usan carros particulares que les cobran hasta 300 mil pesos ida y vuelta.
El Instituto Nacional de Salud le dio EL TIEMPO las cifras sobre las mujeres de origen venezolanos que han dado a luz en Colombia. Entre enero y septiembre de 2018 iban .1726 partos en 22 departamentos del país. Putumayo no aparece en la estadística.
En Colombia, la nacionalidad colombiana se tiene por nacimiento si los dos, o al menos uno de los dos padres, es colombiano. También si siendo hijo de extranjeros, alguno de sus papás prueba que está domiciliado en Colombia en el momento del nacimiento del menor.
Para ello necesita una visa de residente y es difícil que una persona que se desplace al país y/o que entre a Colombia de forma irregular pueda registrar a sus hijos con la nacionalidad colombiana.
Los niños reciben el Registro de nacido vivo, pero no la nacionalidad, a no ser que cumplan con las condiciones anteriores.
Fuente: Cindy Morales de El Tiempo de Colombia