Caracas. El líder opositor venezolano Leopoldo López afirmó ayer que a pesar de la sentencia que lo condenó a casi 14 años de prisión está decidido a seguir luchando pacífica y democráticamente para lograr un cambio en Venezuela.
"Estoy más fuerte y más tranquilo que nunca y decidido a levantarme una y otra vez hasta lograr pacífica y democráticamente el cambio que tanto necesita nuestro país", afirmó López en una carta que escribió desde la cárcel y que leyó la tarde del viernes su esposa, Lilian Tintori, durante una concentración en la plaza José Martí del municipio capitalino de Chacao a la que acudieron decenas de seguidores para expresar su respaldo al dirigente.
El opositor descartó sentirse arrepentido de haberse entregado en febrero del año pasado a las autoridades, y sostuvo que fue condenado por la "infamia y la mentira de una elite que no tiene escrúpulos, cuando de defender sus groseros privilegios se trata".
López llamó a los venezolanos a prepararse para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, y aseguró que será un día de "irreverencia" y "revire democrático".
Un tribunal capitalino declaró culpable a López de los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad pública e incendio intencional, y lo condenó a 13 años y nueve meses de prisión, cerrándole las puertas para optar a un cargo de elección popular.
López, de 44 años, educado en Harvard y ex alcalde del municipio capitalino de Chacao, deberá cumplir con la condena en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de la capital, donde ha permanecido detenido casi 19 meses.
Su abogado defensor, Juan Carlos Gutiérrez, anunció a la prensa la víspera que acudirá próximamente a la Corte de Apelaciones de Caracas para apelar una sentencia que, aseguró, se dio de "espaldas de la legalidad" y no cuenta con argumentación "probatoria y jurídica".
Por este caso también fueron condenados los jóvenes Christian Holdack, Ángel González y Damián Martín, que estaban siendo procesados junto con López.
Holdack recibió una condena de 10 años y seis meses de prisión, mientras que González y Martín fueron sentenciados a cuatro años y seis meses de cárcel. Los tres jóvenes recibieron hace varios meses medidas de libertad condicional.
López y los tres jóvenes estaban siendo procesados por las violentas protestas del 12 de febrero del 2014 que se registraron en la capital, y que fueron el detonante de otras manifestaciones que se registraron en Caracas y otras ciudades por casi cuatro meses y que dejaron 43 muertos y centenares de heridos y detenidos.
Ned Price, vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, indicó en un comunicado que Estados Unidos está "profundamente decepcionado" por la condena a López con cargos "motivados políticamente".
"El respeto por los derechos de los ciudadanos para participar en el discurso político y la expresión de sus puntos de vista políticos sin riesgo de ser detenidos u hostigados son esenciales para una democracia funcional, y el gobierno de Venezuela tiene una responsabilidad para proteger estas libertades fundamentales", afirmó.
La decisión de enjuiciar y sentenciar a López, y la forma en que se llevó a cabo su juicio, han dejado ver "fallas significativas en el estado de derecho y el sistema judicial en Venezuela", afirma Price, al tiempo que exhortó a Caracas a liberar al líder opositor y a todos los presos políticos.
Luego de la condena de su esposo, Tintori relató a la prensa que en el momento que López era esposado por los militares al salir del tribunal el jueves por la noche, el dirigente estiró sus brazos y dijo que "estas esposas me las va a quitar el pueblo de Venezuela".
El caso se remonta al año pasado, cuando López exhortó a cientos de miles de partidarios de su movimiento a salir a las calles para exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro en una propuesta llamada "La Salida", la cual desencadenó numerosas protestas contra el gobierno pocos meses después de que comenzara su período presidencial de seis años.
La justicia venezolana dice que la retórica utilizada por López impulsó a los manifestantes a quemar bienes públicos y a poner vidas en peligro. Los funcionarios también lo acusan de conspirar con Estados Unidos y los manifestantes estudiantiles para tratar de derrocar al gobierno.
Washington ha negado esa acusación y ha dicho que la liberación de López es requisito clave para normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, llamó el martes por teléfono a la canciller de Venezuela para expresarle su preocupación por el proceso a López, días después de reunirse con la esposa de éste en Washington.
Los partidarios del opositor encarcelado que fueron al tribunal le dijeron a The Associated Press que él miró al juez y dijo, en sus alegatos finales, que si era liberado se iría a su casa a besar a sus hijos, a pedir de nuevo la mano de su mujer en el matrimonio y luego empezaría de nuevo su escrutinio del país.
Aunque los partidarios de López no dudaban de que se emitiera una condena en su contra, la pena de prisión fue una sorpresa para quienes pensaban que iba a haber clemencia en un intento por reducir las tensiones antes de las elecciones legislativas de diciembre, donde la oposición es amplia favorita para ganar.
El proceso estuvo prácticamente cerrado al público y, en algunas ocasiones, López se negó a asistir como protesta. Sus abogados dijeron que la juez Susana Barreiros terminó abruptamente el proceso la semana pasada pese a que muchos testigos tenían programado subir al estrado.
Fuente: AP