La Paz. El Gobierno boliviano descartó este jueves que el presidente del país, Evo Morales, vaya a renunciar antes de concluir su actual mandato y menos aún habiéndole proclamado el órgano electoral ganador de las recientes elecciones generales, pese a lo que piden sus detractores que le acusan de un fraude electoral.
“¿Por qué tendríamos que renunciar, si acabamos de ganar las elecciones?”, sostuvo el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, en una comparecencia ante los medios en La Paz.
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García Linera consideró que preguntar si Evo Morales va a renunciar “es como preguntar ¿enterramos la democracia?”.
“El presidente Evo y su vicepresidente hemos sido elegidos para gobernar del 22 de enero de 2015 al 22 de enero de 2020. Es nuestra gestión, lo dice la Constitución, lo dice el voto popular”, señaló.
Para García Linera, renunciar antes del 22 de enero "sería un desconocimiento a la Constitución" boliviana.
El vicepresidente respondió de esta forma a los sectores opositores y ciudadanos que piden la renuncia de Evo Morales al denunciar que hubo fraude a su favor por parte del órgano electoral en los comicios del 20 de octubre, en los que fue proclamando vencedor para un cuarto mandato consecutivo hasta 2025.
Desde los días posteriores a los comicios se producen violentas protestas y enfrentamientos en Bolivia entre quienes están a favor y en contra del mandatario, que ya se han cobrado tres muertes.
El detonante de las sospechas de manipulación del voto fue en el día después de la votación un repentino cambio de tendencia del cómputo provisional, que pasó de prever una segunda vuelta entre Evo Morales y el opositor Carlos Mesa a augurar un triunfo en primera ronda del mandatario boliviano.
El Gobierno de Bolivia pidió pruebas del supuesto fraude y acusó a quienes protestan en su contra de intentar un “golpe de Estado”, además de responsabilizarlos de promover la violencia en el país, algo que reiteró el vicepresidente en su comparecencia.
García Linera apuntó a Mesa y al líder cívico de la oriental Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, por los enfrentamientos entre detractores y afines a Evo Morales ocurridos en la víspera en la región central de Cochabamba, en los que hubo un fallecido, el tercero en lo que va de los conflictos, y decenas de heridos.
El vicepresidente centró su crítica en la quema de la Alcaldía de Vinto, las vejaciones sufridas por la alcaldesa de esa ciudad cochabambina, la oficialista Patricia Arce, a manos de una turba y las agresiones en contra de mujeres campesinas.
García Linera calificó de “fascistas” a quienes actuaron de esa forma y aseguró que el miércoles fue el “día de la vergüenza” por esos sucesos.
“No más violencia, convocamos a las fuerzas opositoras que dejen la violencia”, afirmó el vicepresidente, aunque evitó responder a una pregunta sobre por qué el Gobierno no muestra las agresiones de sus grupos afines contra las manifestaciones ciudadanas.
En El Alto, ciudad vecina de La Paz, los partidarios de Evo Morales cercaron el aeropuerto el lunes en la noche y buena parte del martes para evitar la llegada de Camacho, revisando a pasajeros y vehículos y decidiendo quién ingresaba y quién no.
Camacho finalmente pudo llegar a La Paz el miércoles, en medio de un fuerte operativo oficial que no impidió que después de que el líder cívico dejase la terminal los afines al mandatario cercaran durante horas a quienes habían llegado al lugar para expresarle su apoyo.
Fuente: EFE