(Foto:AFP)
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Redacción EC

Varios familiares de los tripulantes del submarino desaparecido hace 15 días en pidieron ser querellantes en la causa judicial que investiga el hecho para asegurarse de que se conocerá “la verdad” sobre lo ocurrido a la nave.

Luis Tagliapietra, padre de Alejandro, uno de los submarinistas del ARA San Juan, dijo el jueves que participa en la causa como querellante debido a que le genera desconfianza la manera en la que la Armada ha desarrollado la búsqueda del submarino y cómo ha informado sobre ello.

“Han ocultado, han mentido, han tergiversado datos y me hizo perder la confianza tanto en las personas que comunican como en el propio comandante en jefe” de la fuerza, dijo Tagliapietra desde la localidad sureña de Caleta Olivia, donde se reunió con la jueza federal Marta Yáñez, quien investiga la desaparición del ARA San Juan, para solicitarle ser parte de la causa.

Su hijo, Alejandro Tagliapietra, de 27 años, estaba terminando su especialización en armas submarinas en la nave, de la que se perdió todo registro en aguas del Atlántico sur.

Familiares de otros siete tripulantes han solicitado ser querellantes para tener conocimiento de las actuaciones judiciales, proveer pruebas y solicitarlas en el marco del expediente penal, caratulado como “averiguación de delito”, indicó Tagliapietra.

También señaló que realizó algunos aportes ante la magistrada que fueron recabados de amigos y familiares de los tripulantes, así como de documentación y testimonios que podrían ser de utilidad. Por otro lado, pidió una serie de medidas para “resguardar” pruebas sobre las comunicaciones en el submarino y el mantenimiento del mismo.

El abogado no quiso dar más detalles pero subrayó que uno de los objetivos es recabar toda la información posible sobre los momentos previos al viaje del submarino y hasta el día de la fecha.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció el miércoles por la noche que el gobierno dará lugar al pedido de la jueza para que se releve del secreto militar a los marinos que puedan brindar información sobre el caso. “Queremos transparencia total”, dijo el funcionario.

En tanto, el presidente Mauricio Macri agradeció el jueves a todos los países que han manifestado su apoyo en la búsqueda del submarino durante el acto en el que Argentina asumió la presidencia del Grupo de los 20 (naciones industrializadas y emergentes).

El inédito operativo de rescate ha sumado el apoyo de 18 países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Rusia.

El submarino diésel eléctrico clase TR-1700 de fabricación alemana y operativo desde los años 80 desapareció cuando navegaba desde Ushuaia, en el extremo austral de Argentina, hacia su base en Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, tras participar de un ejercicio de adiestramiento.

Ocho buques concentran sus esfuerzos en rastrear el fondo marino a través de sonares en un área de 40 kilómetros de radio señalada como el lugar donde se encontraría el ARA San Juan. Esa zona comprende el lugar donde el 15 de noviembre se produjo una explosión pocas horas después de registrarse la última comunicación con tierra de la nave.

Tagliapietra cuestionó a la Armada porque primero comunicó a los familiares “que solamente había habido un problema de comunicación del submarino... pero gracias las filtraciones de los medios terminaron reconociendo una avería”. Sin embargo, la fuerza sostiene que no oculta datos.

La Armada dijo que el 15 de noviembre el ARA San Juan había informado de la entrada de agua de mar cuando realizaba el snorkel y estaba cargando baterías. El agua se dirigió por el sistema de ventilación a una bandeja de conexión de las baterías de proa provocando un cortocircuito y humo sin llamas que, según se reportó desde la nave, fue subsanado, lo que determinó que siguiera navegando en inmersión hacia Mar del Plata.

Horas después se produjo una explosión que fue detectada por la Organización para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés).

Tagliapietra relató a periodistas el 24 de noviembre que un jefe de su hijo le había informado por teléfono de la explosión y que le había indicado que eso implicaba que todos los tripulantes estaban muertos.

Pero la Marina afirma que está abocada a la búsqueda del submarino y no reconoce oficialmente la muerte de ningún submarinista.

Enrique Balbi, portavoz de la Armada, ha criticado la difusión de versiones falsas sobre la nave, como que pidiera ayuda para que se le enviara un buque de apoyo. "Si lo hubiese hecho, habría declarado la emergencia y habría estado navegando en superficie", dijo a periodistas.

Fuente: AP

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