Haití ya era el país más pobre de América antes del terremoto del 12 de enero del 2010 y cuatro años después sigue siéndolo, pero con el mérito de haber logrado avances en su reconstrucción y recuperación de una de las mayores catástrofes de su historia reciente.
El Gobierno decretó la fecha del 12 de enero "jornada de conmemoración y reflexión", la bandera nacional ha ondeado hoy a media asta, muchos locales de ocio permanecen cerrados y todos los medios de comunicación difunden contenidos acordes a las conmemoraciones.
El presidente haitiano, Michel Martelly, fue acompañado, esta mañana por la primera dama a colocar una ofrenda floral en la localidad de Saint-Christophe, donde fueron enterradas en una fosa común numerosas víctimas.
El primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, también se manifestó la semana pasada y aseguró a la prensa que van "a pisar el acelerador" para impulsar los principales proyectos.
En la actualidad, tanto la Catedral como el Palacio Presidencial no se han reconstruido y continúan en ruinas.
Los esfuerzos del Gobierno se centran en programas sociales dedicados a "reducir la miseria y la vulnerabilidad" de su pueblo, tal como lo explicó a Efe el ministro haitiano de Obras Públicas, Transporte y Comunicaciones, Jacques Rousseau.
Rousseau, además, recalcó que "la educación es prioridad" en la acción de Gobierno, como medio para luchar contra la pobreza y alcanzar el desarrollo económico sostenido.
Pese a los avances logrados con el apoyo de la ayuda humanitaria internacional, persisten daños y problemas, y queda mucho por hacer.
Aunque el 90% de haitianos ha logrado volver a su lugar de origen tras el terremoto, aún quedan más de 146.000 desplazados que siguen en los campos improvisados en situación de alta vulnerabilidad, donde viven en la pobreza extrema y subsistiendo en tiendas de campaña hechas para durar seis meses.
Se ha removido de las calles de Puerto Príncipe más del 80% de los 10 millones de metros cúbicos de escombros generados por el terremoto, según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que además cifra en un millón y medio los que se han reciclado.
LA INFRAESTRUCTURA
La magnitud de los daños y las pérdidas, tras el terremoto que asoló el país un día como hoy, se calcula en aproximadamente 7.000 millones de dólares.
Por ello, la acción del Ministerio de Obras Publicas, Transporte y Comunicaciones es una de las más importantes y significativas para el país.
En este sentido, Rousseau indicó a Efe el reto que tienen por delante en su ministerio con proyectos como los dos aeropuertos internacionales en Les Cayes (tercera cuidad del país) y el de Lle-à-Vaches.
El ministro de Obras Públicas también habló de reparaciones que están llevando a cabo como la rehabilitación y extensión de 100 kilómetros de red de agua potable a través el país; alimentación y extensión de 150 kilómetros de red eléctrica, y el mantenimiento de la presa Péligre, entre otros proyectos.
Sin embargo, uno de los principales inconvenientes para la recuperación de Haití es la alta incidencia de fenómenos naturales en el país, que mantienen a la isla caribeña en alerta ante el riesgo de desastres.
Durante estos cuatro años, después del terremoto, Haití ha sufrido los efectos de la tormenta tropical "Isaac" y del huracán "Sandy", que de nuevo destrozaron hogares, el tendido eléctrico cosechas, ganado y campos de cultivo, entre otros.