El Senado de Argentina decidirá si convierten en ley un proyecto para legalizar el aborto, impulsado por el oficialismo. La propuesta ha dividido a una sociedad que tiene una fuerte influencia católica. (Foto: AFP)
El Senado de Argentina decidirá si convierten en ley un proyecto para legalizar el aborto, impulsado por el oficialismo. La propuesta ha dividido a una sociedad que tiene una fuerte influencia católica. (Foto: AFP)
Óscar  Bermeo Ocaña

Dos años después de haber estado cerca de la despenalización del , asiste por estos días a otro debate histórico. La posibilidad de que este martes 29 el Senado legalice la interrupción voluntaria del embarazo mantiene en vilo al país.

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La aprobación en la Cámara de Diputados ha aumentado la polarización. Con 131 votos a favor y 117 en contra, el 11 de diciembre se dio el visto bueno al proyecto, presentado por el gobierno de Alberto Fernández, que permite el aborto voluntario hasta la semana 14 de gestación. El resultado fue celebrado por el grupo de ‘pañuelos verdes’, encabezado por colectivos feministas, y despertó el desasosiego de los ‘pañuelos celestes’, opuestos a la norma. Como en el 2018, el escenario luce incierto en la instancia final.

Por su menor número de miembros, el Senado concentra más presiones de líderes provinciales. Durante las sesiones virtuales, mientras expertos en temas legales, sanitarios y sociales exponían sus argumentos a favor y en contra, en las internas de las bancadas se hacían números y se negociaban votos.

¿Ocurrirá lo mismo que en el 2018, cuando el Senado rechazó el proyecto? “Esa vez no conseguimos la ley, pero sí la despenalización social del aborto. La discusión sirvió para instalar el tema en todos lados”, nos dice Julia Martino, de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Dos años atrás, el expresidente Mauricio Macri se mostró ambiguo, sin intención de que el debate escalara. En esta oportunidad, que la autoría del proyecto venga del Ejecutivo marca una diferencia. “Con esta voluntad política tan fuerte podría arrastrarse votos del oficialismo”, señala Martino.

La activa participación pública de Fernández, que tenía el aborto legal como promesa de campaña, despierta recelo entre los opositores. “Esperamos que no haya influencia política a la hora de tomar una decisión tan importante como la vida de una persona”, comenta a este Diario Valentina Juez Pérez, vocera del Frente Joven de la red Unidad Provida.

(Ilustración: El Comercio)
(Ilustración: El Comercio)

Iglesias unidas

La Iglesia Católica también ha sentado postura frente al mandatario. La Conferencia Episcopal ha solicitado a todas las parroquias que mañana se celebren misas “en favor de la vida por nacer”. Monseñor Óscar Ojea, titular del organismo eclesiástico, considera que este proyecto “es parte de una oscuridad de nuestra patria”.

La ausencia de los obispos al tradicional encuentro navideño con el jefe de Estado grafica la rispidez. Este año, la jerarquía católica se limitó a enviar un saludo protocolar a través de una carta. Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina se promueven jornadas de oración “en favor de las dos vidas”.

Posturas opuestas

Mariela Belski, directora de Amnistía Internacional Argentina, refiere que la discusión no debe plantearse en una dicotomía ‘aborto sí o no’. Sugiere verlo como un tema de salud pública. “Nadie está a favor de un aborto, sino de que las mujeres decidan sobre sus cuerpos. La criminalización no persuade a que se hagan menos abortos. Las mujeres pobres se hacen abortos clandestinos que ponen en riesgo sus vidas”, comenta a El Comercio.

Manifestantes celebran con pañuelos verdes, símbolo de los activistas por el derecho al aborto, frente al Congreso argentino en Buenos Aires luego de que los legisladores aprobaran un proyecto de ley para legalizar el aborto. (Foto: RONALDO SCHEMIDT / AFP)
Manifestantes celebran con pañuelos verdes, símbolo de los activistas por el derecho al aborto, frente al Congreso argentino en Buenos Aires luego de que los legisladores aprobaran un proyecto de ley para legalizar el aborto. (Foto: RONALDO SCHEMIDT / AFP)
/ RONALDO SCHEMIDT

En ese sentido, saluda el acompañamiento del proyecto de ley de los 1.000 días, que brindaría apoyo económico a las mujeres que decidan continuar su embarazo. “Un presidente gobierna para todos. Mandando estos proyectos juntos, trataron de contemplar las dos caras del tema”, sostiene Belski.

Sin embargo, algunos sectores cuestionan el apuro del Gobierno. “Es una cortina de humo, se intenta tapar todos los problemas que se produjeron durante la pandemia”, refiere Juez Pérez.

Con más de 42 mil fallecidos por la crisis sanitaria, estiman que el proyecto es usado para desviar la atención. “La pobreza, el desempleo y la falta de servicios son los problemas de raíz de muchas mujeres vulnerables”, dice la militante de Unidad Provida.

Martino, en cambio, cree que el debate no debe postergarse más: “Los que se oponen buscan excusas para decir que no es oportuno. Ahora es más urgente, la pandemia complica la situación de las mujeres ante los embarazos no deseados”.

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