El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, reacciona mientras habla junto a su esposa Rosangela "Janja" da Silva en el Palacio Planalto, en Brasilia, Brasil.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, reacciona mientras habla junto a su esposa Rosangela "Janja" da Silva en el Palacio Planalto, en Brasilia, Brasil.
/ REUTERS/Adriano Machado
Agencia EFE

El presidente de Brasil, , quien asumió el cargo este domingo, rompió a llorar hoy en su primer discurso ante los miles de brasileños reunidos en Brasilia, cuando habló del aumento de la desigualdad en el país.

“La vuelta del hambre es un crimen, el más grave de todos contra el pueblo brasileño. Es hija de la desigualdad, que es la madre de todos los males que atrasan Brasil”, manifestó Lula en el púlpito del Palacio presidencial de Planalto.

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El dirigente progresista, de 77 años, se emocionó al citar a las familias que rebuscan comida entre la “basura” y a las que hacen filas en las puertas de las carnicerías para comer las sobras y raspar los huesos.

“Por favor, ayúdenme...”, dijo el antiguo dirigente sindical entre lágrimas.

En ese momento, los miles de brasileños congregados en la Plaza de los Tres Poderes cantaron al unísonoLula, guerrero del pueblo brasileño”.

“Asumo el compromiso ante ustedes de combatir día y noche todas las formas de desigualdades en nuestro país, de renta, de género, de raza, en el mercado de trabajo, en la representación política, en la salud, en la educación”, enumeró.

Asimismo, denunció que “el 5 % más rico tenga el mismo porcentaje de riqueza” que el 95 % restante del país.

“Nadie será ciudadano de segunda clase”, aseveró.

Lula también rindió un homenaje a los seguidores que le acompañaron en vigilia durante los 580 días que estuvo en prisión, entre 2018 y 2019, por condenas por corrupción que luego fueron anuladas por la Corte Suprema.

El líder progresista se refirió a su periodo en prisión como “el momento más difícil de su vida”, pero que la investidura de este domingo es uno de los “más felices”.

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