Una sensación de incredulidad recorre el barrio Las Palmas, en la apacible ciudad mexicana de Los Mochis, Sinaloa (noroeste), tras conocerse que una discreta casa oculta por frondosos árboles fue hasta la madrugada del viernes guarida del narcotraficante , recapturado por militares.

"Se me hacia difícil creer que una persona tan buscada fuera a estar en un lugar como este, una ciudad tan tranquila", dice asombrado un vecino mientras observa cómo algunos curiosos llegan en la cálida mañana del sábado hasta este sector residencial de la ciudad costera.

El foco de atención es una vivienda blanca de dos pisos custodiada por una decena de militares y dos vehículos de la Marina Armada mexicana. Prensa y curiosos llegan al sitio donde se desencadenó la madrugada del viernes una balacera que condujo a la captura de Guzmán en otra calle.

El operativo ha tomado por sorpresa a Los Mochis, que con sus casi 125.000 habitantes y calles con palmeras es considerada una de las localidades más pacíficas de Sinaloa, estado cuna de los mayores capos, como Guzmán, y que es sacudido por episodios de violencia en gran parte de su geografía.

Los vecinos, que describen a Las Palmas como un barrio tranquilo donde los chicos juegan por la noche en la calle y donde vive la madre del gobernador de Sinaloa, narran una balacera que dejó cinco presuntos delincuentes muertos.

"Desde aquí se vio todo, cuando agarrábamos valor y nos asomábamos por la ventana veíamos a los militares en suelo disparando al portón (del estacionamiento) hasta que lo abrieron", dice otro vecino.

En el pavimento se observa una alcantarilla abierta que lleva al sistema de drenaje pluvial que Guzmán y su presunto jefe de seguridad utilizaron para huir en un primer momento para salir por otro sector y luego robar una camioneta con la que tratar de escapar por carretera, pero finalmente fueron capturados por militares.

A casi un kilómetro de donde se registrÓ la balacera, en el sitio donde según lugareños habría salido Guzmán, periodistas de AFP observaron un rifle de asalto al fondo de una alcantarilla.


- Vecino insospechado -

Fuerzas militares mantenían desde hace seis meses una auténtica cacería en Sinaloa en busca del capo, que en julio protagonizó una espectacular fuga a través de un túnel de una cárcel de máxima seguridad. Ya en enero de 2001 se había fugado de otro penal similar.

La investigación llevó a las autoridades a la casa de Los Mochis, que empezaron a vigilar el mes pasado, hasta que vieron movimientos inusuales esta semana.

"No se veía a nadie, no había movimiento. Ahí antes vivía un doctor", comenta a la AFP bajo anonimato una comerciante de 53 años que desde hace tres décadas habita una casa enfrente de donde se ocultó Guzmán.

El viernes, esta mujer, al igual que sus vecinos, no pudo salir de su casa pues los militares se los impidieron. Ahora salen a las calles y cuentan animadamente lo acontecido, pero bajo anonimato.

"¿Qué sentí cuando supe que agarraron al 'Chapo', que ahí estuvo escondido? Pues nada, sólo me temblaron las piernas de miedo", añade la mujer mientras señala el costado de la vivienda blanca, con la puerta del estacionamiento abierta mostrando un calentador de agua y bolsas con desperdicios regados. 

- Motel-cárcel -

Los militares que custodiaban a Guzmán decidieron resguardarlo en espera de refuerzos en un hotel del camino, el Doux, que este sábado operaba de manera normal convertido en atractivo turístico con viajeros parando para hacerse fotos.

Una empleada dijo que Guzmán estuvo detenido ahí y que algunas habitaciones están decoradas con sensuales imágenes de mujeres, como se observa en el fondo de unas de las fotografías de Guzmán ya detenido.

"Cuando llegaron los militares sabíamos que era un detenido, pero no quién. Nos enteramos por las noticias. Pero no lo tuvieron aquí, este es el hotel familiar, sino en la suite 51 del motel, donde la gente... ya sabe, va a coger" (tener sexo), dice otro empleado que pidió no ser identificado.

En efecto, el hotel tiene al fondo una sección que funciona como motel, donde los clientes ingresan con sus vehículos que estacionan discretamente en un garaje en la parte inferior de la habitación.


La suite 51, anunciada a un costo de 300 pesos (unos 17 USD), se encuentra al fondo de un largo corredor pero no se observa movimiento alguno.


- Cateos a vecinos -

El intento de fuga del narcotraficante sí tuvo consecuencias para los vecinos de una calle localizada a un costado del sitio del operativo. 

Un equipo de AFP ingresó a una lujosa casa propiedad de una firma constructora que la ocupa de manera esporádica para hospedar a uno de sus directivos. 

"Estaban muy violentos (los militares), querían tumbar la puerta, pero no pudieron. Les tuve que abrir pero me dejaron fuera", dice un empleado de la constructora.

La habitación principal se observa desordenada, los cajones de armarios fueron regados en el piso, con ropa, juguetes de bebé y distintos objetos amontonados al lado de una cuna que no se salvó del cateo militar. 

"Nos venimos a vivir a Los Mochis porque aquí era tranquilo, porque hay trabajo y se puede salir adelante. Pero ahora ya no se sabe, mientras se está dormido pasan las cosas", resume desalentado el joven.

Contenido sugerido

Contenido GEC