El presidente Nicolás Maduro activó este martes su proyecto de una Asamblea Constituyente "popular" en Venezuela, que según sus críticos le asegurará al chavismo una participación mayoritaria a través de una elección "a su medida".
Según el mandatario, la Constituyente es la única vía "hacia la paz", tras 53 días de protestas que dejan 53 muertos y un millar de heridos.
"El dilema está claro: constituyente o guarimba (protesta violenta)", subrayó Maduro, al final de un acto del chavismo frente al Palacio Presidencial de Miraflores.
Allí, Maduro dispuso que la Asamblea Nacional Constituyente sesione en el Parlamento, único poder controlado por la oposición.
Pero justamente en ese salón es donde sesiona la Asamblea Nacional, dominada por la oposición desde el 2016.
El Parlamento reaccionó con un rechazo unánime de las bases "para la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente fraudulenta".
Los legisladores instaron además a la oposición a marchar este miércoles hacia el Consejo Nacional Electoral (CNE) para "convocar a un referéndum consultivo que permita al pueblo expresarse a través del voto universal, directo y secreto sobre la pertinencia de la Asamblea Nacional Constituyente".
--"Elección a medida"--
Las bases anunciadas por el presidente contemplan la elección de 540 asambleístas, una parte (364) por votación por municipios y 176 a ser escogidos en ocho sectores de la sociedad, entre ellos trabajadores, indígenas o campesinos.
Será el Consejo Nacional Electoral (CNE), al que la oposición acusa de servir al gobierno, el que calificará a los sectores que pueden postularse para la elección.
Los analistas y la oposición advierten sobre una "elección a medida". "Ellos van a decidir qué sector vota, por quién vota, y cuándo elije. (...) Lo que propone Maduro es que él va a determinar quién es quién, quién es trabajador, obrero, empresario", se quejó Julio Borges, presidente del Parlamento.
Según Eugenio Martínez, experto en temas electorales, esto no es más que "un proceso diseñado para que el voto chavista valga (o escoja) más que el opositor".
--"Seguir en la calle"--
La Constituyente también ha generado fisuras en el oficialismo e incluso fue rechazada por la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, confesa chavista.
La oposición no está dispuesta a retroceder. "El miércoles volvemos a la calle. ¿Esto va a continuar? Sí, esto va a continuar", subrayó el diputado opositor José Manuel Olivares.
Las brutales protestas ocurren en medio de una severa crisis económica en el país con mayor reservas petroleras, marcada por una desbocada inflación -estimada en 720% por el FMI para 2017- y una escasez crónica de alimentos básicos y medicinas.
Todo esto golpea la popularidad de Maduro, cuya gestión rechazan siete de cada diez venezolanos, según encuestas privadas.
--Joven quemado--
La marcha chavista de este martes se realizó al día siguiente de violentas protestas opositoras, que acabaron en disturbios y enfrentamientos, especialmente en el estado Barinas (oeste), cuna del fallecido ex presidente Hugo Chávez.
La fiscalía anunció la muerte de cinco jóvenes en ese estado.
El chavismo y la oposición se acusan mutuamente de la creciente ola de ataques desatados por "encapuchados" durante las protestas contra el gobierno. Cada vez son más frecuentes también las escenas de saqueos y actos vandálicos después de las manifestaciones.
El sábado, la difusión de imágenes de un joven de 21 años al que le arrojan gasolina para quemarlo, tras una masiva protesta de la oposición en Caracas, provocó el espanto mundial.
Maduro dijo que había sido quemado por "ser chavista". No obstante, un vocero opositor expresó que el hecho se produjo cuando el hombre intentaba robar.
Lo cierto es que los linchamientos de delincuentes, en un país con una tasa de homicidios ocho veces mayor a la media mundial, han crecido exponencialmente.
El gobierno acusa a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de "terrorismo" para desencadenar un golpe de Estado.
Maduro ha denunciado una "corriente nazi-fascista" y sostiene que los chavistas son "los judíos del Siglo XXI".
La oposición, que exige elecciones generales, acusa al gobierno de "represión" contra manifestantes a punta de bombas lacrimógenas, balas de goma e -incluso- armas de fuego, para dispersar y disuadirlos de manifestar.
Los analistas coinciden que la creciente violencia puede a la postre golpear a la oposición. "Un 78% de las personas confiesa que no ha participado por temor, temen exponerse. La confrontación desvirtúa el motivo de la protesta y hace que pierda impacto", advirtió a la AFP el politólogo Nicmer Evans, conocido chavista pero crítico al gobierno de Maduro.
Fuente: AFP