Pablo Escobar de la serie "Narcos" apoya a Dilma Rousseff
Pablo Escobar de la serie "Narcos" apoya a Dilma Rousseff

Por: María Isabel Rueda. 
"El Tiempo" de Colombia, GDA.

Nací en Bahía el 27 de junio de 1976. Llegué a Medellín en el 2014, cinco meses antes que todos los actores de “Narcos” para estudiar español. Vi todas las películas y documentales y luego dejé todo eso al lado para crear mi propio Pablo Escobar

Wagner Moura se hizo conocido con la película brasileña “Tropa de élite”, pero dio el gran salto con su interpretación de Pablo Escobar en la serie “Narcos” de Netflix. Esta semana también dará que hablar, ya que según el diario “O Globo” él y otros artistas brasileños empezarán a grabar videos en apoyo a la presidenta Dilma Rousseff. En esta entrevista, Moura habla de actuación y política. 

— A mí me pareció muy bien hecho el Pablo Escobar del actor colombiano Andrés Parra, que se metió tanto en el personaje que ya se parecía a Escobar en la vida normal. En cambio, el Moura que veo con cara de buena gente no evoca al criminal que produce terror en la serie.
Es la cosa más difícil que yo he hecho en mi vida. Igual, le digo con toda sinceridad que esa experiencia cambió mi vida, porque nosotros los brasileños vivimos aislados, como un país gigante que habla portugués.

Escobar es malvado y sanguinario, pero adora a su señora y a sus hijos. ¿Cómo va imbuyéndolo esa maldad? Va adquiriendo en la serie una mirada terrible, sombría, calculadora.
Yo no creo que los actores inventen un sentimiento que no está dentro de ellos. Creo que todos trabajamos con cosas que están ahí. A uno le toca buscarlas y traerlas a la superficie. El problema es que el cuerpo tiene una memoria, usted le dice al cuerpo que eso es real y le cree.

— ¿Existe el peligro de que el actor pase a vivir en su papel en la vida real?
Sí, aunque la cabeza sabe que aquí hay una cámara, pero de alguna manera uno tiene que lograr no estar tan influenciado por esta energía.

— ¿Qué sigue para Wagner después de “Narcos”?
Cuando acabe la segunda temporada de la serie tendré que parar de actuar por ahora, porque este Pablo Escobar sigue aquí muy fuerte. Cualquier cosa que yo haga en los próximos seis meses tendrá su influencia. Planeo dirigir una película en Brasil, sobre un guerrillero brasileño.

—¿Qué piensa de lo que está pasando en el gobierno de Rousseff y con Lula?
Es algo muy parecido a un golpe de Estado. Vea, yo no soy gobiernista, yo no apoyo al gobierno, pero también me da mucha pena que todas las ideas progresistas que giraban alrededor de un partido de izquierda estén vueltas nada por pura incompetencia del gobierno del PT [Partido de los Trabajadores]. Se involucraron en una disputa de poder que los hizo hacer las cosas que, de verdad, siempre se hicieron. El PT no inventó la corrupción. Pero no esperábamos eso de ellos. Hay muchos en Brasil que no quieren ver lo que ha pasado. 

—¿Usted piensa así?
Creo que la corrupción debe ser investigada y castigada. Pero hay una politización de las investigaciones.

—¿No cree en la imparcialidad de la justicia?
No. Está siendo corrompida por una agenda política muy clara de la oposición hipócrita. Tan corruptos como todos, pero salen a las manifestaciones como paladines de la moralidad. Claro que el PT es gobierno, y han quedado en evidencia sus relaciones con las empresas que están siendo investigadas. Pero es una investigación selectiva. Una investigación política, de juego de poder. 

—¿Se cae Dilma?
Para que la saquen del poder, se tiene que probar que está personalmente involucrada en un acto de corrupción.

—¿Y eso no se ha logrado?
No. Que ella haya sido elegida con ciertos dineros es posible. Que haya sabido de ello es posible. ¿Hay alguna prueba de eso? Ninguna. El presidente del Congreso, Eduardo Cunha, que es un bandido, aceptó el pedido del ‘impeachment’ porque estaba siendo cazado por la Comisión de Ética del Congreso, y para salvar su pellejo, puso al país en una polarización peligrosísima. [...] Ahora que Lula aceptó ser ministro, él podrá pelear dentro del juego del poder porque tendrá fuero privilegiado como ministro. Lula sigue siendo, con todo lo que pasó, un líder de mucha fuerza. Yo, de hecho, estoy muy asustado por el hecho de que cualquier posición que no sea extrema es vista como enemiga de un bando.

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