El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia emitió su veredicto el viernes: Evo Morales no necesita de una segunda vuelta para seguir gobernando.
Ha sido un conteo plagado de interrupciones e irregularidades, al punto que no solo la oposición ha denunciado un fraude, sino que la OEA y la UE han remarcado la pertinencia de un balotaje ante tantos cuestionamientos. Carlos Mesa, líder de Comunidad Ciudadana (CC) y mayor rival de Morales, que ayer anunció en un comunicado que desconoce el triunfo de Morales, dice que seguirá dando pelea.
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—Hace un mes usted me dijo que Evo Morales no estaba psicológicamente preparado para dejar el poder. ¿Se están cumpliendo sus presagios?
Así es. Ese es el problema de fondo que constituye la dificultad más grande para encontrar una solución de carácter político a un entrampamiento de carácter jurídico perpetrado por Morales y el TSE.
—Usted ha hablado reiteradas veces de un gigantesco fraude...
Vamos a relativizar la palabra gigantesco, en la medida que el tamaño del fraude se hace en función del tamaño de la necesidad. Un gigantesco fraude puede ser convertir dos millones de votos en un millón o fijar una diferencia de 20 mil votos para ganar una elección. De lo que hablamos aquí es de un fraude que bloquea la segunda vuelta.
—¿Qué elementos tiene usted para hablar de fraude?
Hay dos informes. Uno de la OEA, que ha establecido irregularidades a lo largo del proceso y el día de la elección, por lo que cree que la única solución es la segunda vuelta. Y está el de la Unión Europea (UE), un organismo del más alto nivel, que coincide con la OEA en que la única salida política es el balotaje.
—¿Y en cuanto a pruebas recogidas por su equipo?
Nuestro asesor jurídico las ha expuesto con claridad: una cantidad significativa de actas en las que hay un mayor número de votos que de inscritos, actas físicas que pierden dígitos cuando se convierten en actas electrónicas (si Comunidad Ciudadana, por ejemplo, tenía 163 votos en un acta original, le han quitado el 1 y apareció con 63), sumas totales que no corresponden con las parciales y entonces el algoritmo del TSE, para que las sumas cuadren, ha transferido los votos necesarios para ello al MAS [Movimiento al Socialismo, de Morales].
—¿En qué consiste la Coordinadora de Defensa de la Democracia que acaba de crear?
Esa coordinadora la encabezo yo por ser el candidato con derecho a la segunda vuelta, no por una razón particular. Reúne a todos los partidos políticos de oposición que tienen representación parlamentaria, a comités cívicos y a expresidentes.
—¿Qué actos llevarán a cabo?
El objetivo fundamental de su existencia es la realización obligatoria de la segunda vuelta como muestra de respeto al voto popular, y el único mecanismo posible para hacerla realidad es la movilización permanente de los ciudadanos. Ya hay un paro indefinido en Santa Cruz, marchas en diversas ciudades, también huelgas de hambre.
—¿Cuánto efecto podrá tener la presión internacional?
Va a ser importante. A pesar de sus sistemáticas arbitrariedades, Morales ha gozado de una visión positiva por parte de la comunidad internacional, bajo el alegato de que ha llevado adelante un modelo económico exitoso y de que es el único modelo político del socialismo del siglo XXI que funciona.
—¿Esta imagen se derrumbó?
La imagen que ahora se devela, y que al mundo le ha costado entender, es la naturaleza de gobernante que es Morales. Una persona que ha generado un fraude para quedarse en el poder, pues su único objetivo –al igual que Nicolás Maduro y los regímenes de Cuba– es la presidencia vitalicia. La presión externa es muy importante.
—Uno diría que la presión internacional en Venezuela hasta ahora no consigue su objetivo...
No puedo valorar eso en este momento. La experiencia de Venezuela no es ciertamente alentadora, pero usted me ha preguntado si la presión externa es importante en Bolivia, y la respuesta es que sí.
—¿Se ha planteado hacer giras por la región para denunciar lo ocurrido o aún es muy pronto?
En este momento mi obligación como persona depositaria de la confianza popular es estar en suelo boliviano para respaldar las manifestaciones. Moverme ahora de Bolivia daría lugar a malas interpretaciones o sesgos manipulados de parte del gobierno.
—Reconociendo el caudal electoral importante y combativo que tiene Morales, ¿no teme que las calles se incendien todavía más?
Soy consciente de que la movilización popular genera un riesgo en esa dirección, pero no hay otro camino. No hay posibilidad de plantear una resistencia cívica a este fraude que no sea a través de la protesta callejera. Entiendo que Morales también hará movilizaciones, pero la nuestra es una apuesta por protestas pacíficas. La movilización ciudadana es nuestro derecho, asumiendo riesgos que nosotros no promoveremos en términos de violencia ni de alteración de la ley.
—Evo Morales denunció en la semana que se está fraguando un golpe de Estado de la derecha...
El responsable de esta situación es aquel que ha provocado el fraude y quiere forzosamente un triunfo que no le corresponde. Encima, el gobierno pretende endilgarnos, y a mí en particular, la responsabilidad completa de cualquier situación de violencia cuando está claro que el gobierno ha generado todo esto.
—También lo ha acusado de delincuente. ¿Qué responde usted?
No le voy a contestar. Morales tiene una imposibilidad de generar argumentos que transforma en insultos y descalificaciones que no merecen ninguna respuesta.
—¿Cuánto tiempo calcula que se prolongará esta crisis política?
Es imposible dar una medida en términos de días para hallar una solución, pero vuelvo a subrayar que las palabras de la OEA y la UE son muy importantes para influir en cualquier decisión de Morales.
—Pero gente de su entorno, señor Mesa, me dijo que a Morales le importa un bledo lo que diga o piense la comunidad internacional...
De un lado, Morales nos enrostra un golpe de Estado inventado por él; del otro, está pendiente de su pérdida de credibilidad, que ha sido uno de los activos de su imagen afuera. Así que yo creo que Morales sí mira con atención lo que dice la comunidad internacional.
—Déjeme sacarlo un minuto de la crisis política en su país y llevarlo a la convulsión en Chile...
No es oportuno que en la situación que enfrento me ponga a juzgar una crisis foránea. Espero que Chile resuelva pacíficamente sus asuntos.
—En caso de que la presión diera efecto y hubiera una segunda vuelta, ¿qué espera del TSE?
No espero nada. Ese tribunal es un instrumento del Poder Ejecutivo, es simplemente un brazo ejecutor de las órdenes del presidente.