Cada vez es más común durante las masivas protestas en Chile ver a los combativos manifestantes empuñando punteros láser que iluminan el cielo con luces verdes. Empezó como una acción de unos cuantos, pero rápidamente se convirtió en una práctica muy habitual en las protestas que tienen lugar en la emblemática Plaza Italia, epicentro de las movilizaciones contra el gobierno de Sebastián Piñera.
Según reportes de medios chilenos y videos difundidos en las redes sociales, los manifestantes usan sus punteros láser para dirigir las luces a los helicópteros y drones de las fuerzas de seguridad con el objetivo de evitar el monitoreo y ser identificados. También son utilizados contra quienes conducen los autos de Carabineros, indica el diario “La Tercera”.
►Ricardo Lagos dice que la crisis en Chile es “gravísima” y que el “tiempo se agota”
►Lesiones oculares y ceguera, marcas indelebles de la represión en Chile | FOTOS Y VIDEO
►EN VIVO | Paro nacional en Chile: se registran incendios y saqueos en Santiago | FOTOS | VIDEOS
“Durante patrullaje aéreo de Carabineros, pilotos del helicóptero institucional son afectados por emisiones láser, actitud que constituye un delito sancionado por el Código Aeronáutico, pues supone un riesgo para la seguridad del vuelo y la salud de los tripulantes”, afirmó el pasado 8 de noviembre la cuenta de Twitter de Carabineros.
Durante las protestas del pasado 26 de octubre se difundió un video en las redes sociales en el que se ve que un dron que sobrevolaba la Plaza Italia fue apuntado simultáneamente por decenas de punteros láser de largo alcance, lo que provocó -aparentemente- la caída de la nave.
Se trata de un video compartido en Twitter que muestra cómo el dron comienza a perder altura frente a las luces y, aunque en algún momento logra recuperar altura, finalmente cae en cuestión de segundos, reporta el diario “El Mercurio”.
¿Qué dicen los expertos?
Lo ocurrido provocó que muchas personas se preguntaran por qué ocurrió eso y, aunque no es posible entregar conclusiones certeras, expertos chilenos consultados por “El Mercurio” comentaron sobre las posibles teorías que causaron el desplome de la nave.
“De solo mirar un video no se puede concluir si el dron cae como resultado de este ataque láser”, comenta al medio chileno el académico del Departamento de Astronomía (DAS) de la Universidad de Chile e ingeniero del Laboratorio de Ondas Milimétricas de la misma casa de estudios, Ricardo Finger, agregando que “en el fondo lo único que uno puede hacer es especular”.
En esta línea, el científico descarta de plano una de las opciones: “Lo que uno sí puede hacer es, con cálculos de física básica, decir lo que no ocurrió”.
“Por comparación, la cantidad de energía que emiten los punteros láser por unidad de tiempo, lo que se llama la potencia de un puntero, está en el orden de los miliwatts y los más potentes -fuera de los utilizados en laboratorios- están en el orden de los 5 miliwatts o 10 miliwatts”, detalla Finger. Por su parte, la energía que el Sol emite frente a un objeto de este tamaño, al mediodía, es cercana a los 10 watts, por lo que para igualar esta potencia se requeriría que mil láseres apuntaran al dron simultáneamente.
“Lo que uno puede concluir es que no es que los circuitos del dron se frieron por la gran energía de los láseres porque eso no pasa el análisis más básico de los punteros. No se puede quemar un dron apuntando con esos objetos a esa distancia”, puntualiza el experto.
Una apuesta más cercana a la realidad es que el dron, o específicamente alguno de sus sensores, se viesen afectado por la cantidad de láseres que recibió durante un tiempo determinado. Solo en el video es posible ver que el “ataque” se extiende por 45 segundos.
Muchos de los drones que se comercializan actualmente cuentan con diversos sensores para asistir su vuelo, algunos de ellos incluyen un altímetro láser, es decir un haz que permite al hardware conocer la altura a la que se encuentran y realizar un barrido de su entorno, principalmente para evitar colisiones con otros objetos. Una suerte de radar.
Ante esto, Finger postula que “si es que uno apunta ese altímetro láser con muchos láseres desde abajo, me parece plausible que se podría encandilar ese sensor y que de esa forma el dron perdiera la capacidad de leer la altura”.
A lo que se le suma la posibilidad de que el dispositivo “hubiese estado en algún modo de mantener la altura de manera automática y pierde esta medida, se podría pensar que esa podría ser la causa”.
Esta teoría es apoyada por el estudiante del doctorado en Ciencia mención en Astronomía e investigador del DAS y CATA, Pablo Peña, quien en conversación con “El Mercurio” también señala que los drones utilizan “sensores de proximidad, igual que los autos modernos al estacionar, y estos sensores son ópticos, o sea envían un pequeño láser que si se encuentra con un objeto y le vuelve a llegar al dron y así el equipo sabe que tiene un objeto cerca y se puede alejar automáticamente”.
Por esto, propone que algunos “drones tienen sensores arriba, justamente para evitar chocar con un techo o algo así en caso de volar en interiores [...] probablemente, los láseres, como eran tantos, deben haber comenzado a rebotar dentro del mismo dron y con eso generar una interferencia en el sensor óptico y haberle hecho creer que tenía un objeto arriba. Por eso el dron comienza a bajar automáticamente hasta que cae”.
Peña también explica que “[la situación] volvería imposible que quien lo haya estado manejando lo controle porque se activaría un sistema automático y el dron bajaría automáticamente”.
Otra de las teorías que se presentó luego de ver el video es la opción de que el equipo fuese intervenido de manera remota y se produjera un ataque a su sistema.
“La definición de un hackeo, si bien es un concepto que generalmente se usa en torno a softwares, se trata de descubrir una vulnerabilidad a un sistema, una vulnerabilidad que no es propia al sistema, sino que tiene que ver con sistemas afines, y uno la explota para hacer fallar el sistema”, explica a “El Mercurio” César Fuentes, astrónomo de la Facultad de ciencias Física y Matemáticas de la Universidad de Chile e investigador CATA.
“Si esa vulnerabilidad tiene que ver con algún sensor, lo desconozco, va a depender del sistema en particular”, aclara Fuentes.
“Es lo mismo que cuando a uno le dicen que hackearon un banco, uno no sabe realmente de qué forma lo hicieron, algunas veces la forma más fácil de hackear un banco es llamar por teléfono y convencer a alguien que le dé la clave”, comenta el científico y aventura que “incluso es posible que la persona que lo estaba manejando se mareó con lo que le mostraba la cámara y lo botó, o que se haya quedado sin batería. Es un sinnúmero de cosas que pueden haber afectado al sistema y lo haya hecho caer”.
Fuente: Con información de “El Mercurio” de Chile / GDA