El barrio La Perla en es famoso por sus casitas de colores que caen sobre el mar, por Calle 13, pero también por su estigma de violencia y drogadicción.

De acuerdo a un informe de la DEA, hasta 2011 se manejaba un negocio de tráfico de heroína que facturaba unos US$11 millones y la cifra de muertos triplicaba a la tasa de homicidios del país.

Pero las cosas han cambiado y La Perla quiere mostrar una mejor imagen. Y junto a Ángel Marcano, presidente de la junta de Residentes, BBC Mundo recorrió las calles de este barrio que es considerado prohibido para muchos.

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