Ante los desmanes generados al margen de las marchas, el gobierno de Cali tuvo que decretar el jueves el toque de queda. (Foto: Archivo/AFP).
Ante los desmanes generados al margen de las marchas, el gobierno de Cali tuvo que decretar el jueves el toque de queda. (Foto: Archivo/AFP).
/ LUISA GONZALEZ

Colombia. Autoridades y expertos están seguros de que los disparos e intentos de robos a residencias en , y la destrucción, vandalismo y ataques a la fuerza pública en fueron planeados minuciosamente por dos expresiones de violencia.

“En Cali, los saqueos y ataques fueron sincronizados, al tiempo. Esto significa una planeación previa. En este caso, se cree que actuaron pandillas y bandas. Si bien los índices de homicidio han bajado, la acción de esos grupos está desbordada y es evidente que se aprovecharon de la jornada”, explicó el experto en seguridad Gabriel Cifuentes.

Reportes de autoridades locales aseguran que, a pesar del toque de queda, hombres con machetes y armas de fuego intentaron ingresar a conjuntos residenciales como Portal de Sajonia, en el barrio El Caney, y en la Unidad Zafiro, en el Valle de Lili.

De hecho, residentes salieron a los balcones con escopetas y pistolas a intentar dispersarlos. Pero fue la Policía y luego el Ejército quienes retomaron el control, hacia las 11 de la noche.

La politóloga Patricia Muñoz coincide en que pudo haber grupos delincuenciales. Sin embargo, agrega que también hay una expresión de inconformismo social de sectores deprimidos de Cali.

Por su parte, John Marulanda, consultor en seguridad pública, llamó la atención en el hecho de que ciudadanos hubieran intentado tomar la justicia por su propia mano.

“Es muy delicado e indica que la fuerza pública no está del todo presente en la ciudad. Aunque resaltó la labor del Ejército, al que la gente recibió con aplausos”, explicó.

En este punto, Néstor Rosanía, del Centro de Estudios de Seguridad y Paz, dijo que tanto en Cali como en Bogotá falló la inteligencia.

“Se concentraron en el tema de la marcha y descuidaron a los vándalos y a los anarquistas que suelen salir después de que culminan marchas como las del Día del Trabajo”, explicó.

A la 1:00 p. m. del jueves se presentaron nuevos disturbios en la localidad de Suba. Estos siguieron en el mismo punto aledaño al portal de TransMilenio. (Foto: "El Tiempo" de Colombia, GDA).
A la 1:00 p. m. del jueves se presentaron nuevos disturbios en la localidad de Suba. Estos siguieron en el mismo punto aledaño al portal de TransMilenio. (Foto: "El Tiempo" de Colombia, GDA).

El caso Bogotá

Pero esta vez, para Rosanía hubo algo diferente.

“Pero esta vez no actuaron en bloque, como suele suceder, sino en células organizadas, rompiendo la lógica con la que venían atacando y enfrentando a la fuerza pública, sorprendiendo a la propia policía”, explicó Rosanía.

Para Marulanda, el dispositivo de seguridad en la plaza de Bolívar –que terminó con el ingreso de vándalos a la Alcaldía– no fue el adecuado.

En cuanto a los destrozos en Suba, Soacha y Faca, también se les atribuye a grupos organizados que suelen robar y saquear después de las jornadas.

En este punto, los analistas coincidieron en que es atrevido y apresurado señalar a sectores políticos como sus motores: “Habrá que esperar las investigaciones”, dijo Cifuentes.

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