Colombia ha sido un país de guerras. En el siglo pasado, desde la guerra de los Mil Días, que enfrentó a liberales y conservadores y provocó la pérdida de Panamá, hasta la lucha contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que después de 52 años y de fallidas negociaciones se acerca como nunca a su fin.
En una entrevista, el presidente Juan Manuel Santos dijo que el acuerdo que el gobierno anunció con las FARC el miércoles pasado, y que será sometido a plebiscito el próximo 2 de octubre, es "el más completo que se hizo en el mundo", y señaló que será "el primer paso para la construcción de una paz estable y duradera".
-¿Cómo van a explicar un acuerdo de 297 páginas?
-Es un tratado de paz muy completo. Diría que el más completo que se ha hecho en el mundo. Permite efectivamente poner fin al conflicto y establece las bases para que nunca más regrese la violencia. Vamos a divulgarlo con mucha pedagogía y claridad.
La esencia es sencilla: fórmulas acordadas para poner fin a la violencia, reconocer y reparar a las víctimas, justicia, fortalecimiento y ampliación de la democracia, lucha eficaz contra el narcotráfico e inversión y presencia del Estado para el campo y las poblaciones más afectadas por un conflicto de más de 50 años.
-¿A cuántos jefes de Estado piensa invitar para la firma?
-A todos los que de una u otra manera facilitaron el camino.
-¿Invitará a Barack Obama?
-Por supuesto. Y a los mandatarios de Francia, España, Noruega, Chile, Venezuela, Cuba, Ecuador... A todos los que ayudaron a este nuevo amanecer.
-Hay algunas secciones del acuerdo que no son fácilmente comprensibles para el ciudadano común. Por ejemplo: hay mucho desconocimiento sobre la Jurisdicción para la Paz. ¿Cómo la resumiría?
-La Jurisdicción Especial para la Paz es un sistema de justicia que se usa cuando una sociedad está transitando de un conflicto armado hacia la paz. Lo aplicaron muchos países que, como nosotros, han tenido conflictos armados.
-Pero ¿qué hará la Jurisdicción para la Paz? ¿Qué es? ¿Para qué sirve?
-Investigará y sancionará a los que hayan cometido graves violaciones a los derechos humanos o graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Esas personas deberán decir toda la verdad, reparar integralmente a sus víctimas y dar garantías de que no repetirán las conductas.
-Pero ¿no serán castigados?
-Recibirán penas restrictivas de la libertad de entre cinco y ocho años. Si no lo hacen, es decir, si no dicen toda la verdad, serán condenados a penas de cárcel de hasta 20 años.
-Y esta Jurisdicción Especial para la Paz, ¿cuánto tiempo funcionará?
-La Jurisdicción Especial para la Paz se concibió como un mecanismo transitorio y se terminará cuando se haya investigado, juzgado y sancionado a todos los responsables de los delitos más graves.
-Según los expertos esa tarea puede durar hasta 20 años...
-La Jurisdicción Especial puede hacer rápido y bien su trabajo. Espero que sea mucho menos de 20 años.
-Hay quienes dicen que la Justicia transicional supone impunidad...
-Absolutamente falso. No habrá impunidad. Habrá sanciones efectivas para los responsables de los delitos más graves. Algunos pretenden decir que la única sanción es la de la cárcel con barrotes, pero la experiencia internacional muestra que eso no es así. La Justicia transicional permite no solo sancionar a los responsables por sus delitos, sino que las víctimas conozcan la verdad sobre lo que pasó con sus seres queridos, sean reparadas y existan garantías de que esos hechos que las victimizaron no ocurrirán otra vez.
-Como muchas partes del acuerdo están basadas en compromisos que aceptaron cumplir las FARC, ¿qué mecanismo utilizará el gobierno para garantizar que sí cumplan lo pactado?
-Habrá un mecanismo tripartito de verificación del cual harán parte Naciones Unidas, el gobierno y las FARC. La idea es que las partes nos hagamos un control mutuo y que, además, haya una entidad de la seriedad de la ONU que vigile y dirima las diferencias.
-Y si se confirma que las FARC no están cumpliendo lo pactado, ¿qué pasa?
-Llevamos cinco años en un proceso de construcción de confianza entre gobierno y FARC que nos permite creer, con alto grado de certeza, que sí cumplirán con lo pactado. Sin embargo, si algunos de ellos no lo hacen, serán perseguidos como criminales comunes y tendrán que responder por sus delitos ante la Justicia.
-En el caso contrario, las FARC dijeron en Cuba que es indispensable que se garantice el cumplimiento del acuerdo. ¿Qué garantías da usted de que se cumplirá?
-La garantía de que el acuerdo de paz se cumplirá radica en que será sometido a la validación del pueblo, será aprobado por el Congreso y revisado por la Corte Constitucional.
-¿Qué va a pasar con los guerrilleros de las FARC cuando terminen las zonas de concentración?
-Los miembros de las FARC entrarán en las zonas veredales [los puntos donde se concentrarán] como guerrilleros y saldrán como civiles. Civiles que ingresarán tanto en la Jurisdicción Especial para la Paz para resolver su situación jurídica, como a un proceso de reincorporación en la vida civil. El Estado está listo para recibirlos en estos programas, en los que tenemos muchísima experiencia.
-Sobre el tema de la amnistía, ¿qué delitos serán amnistiados y cuáles no?
-Habrá amnistía o indulto para los delitos políticos y aquellos que el Congreso defina como conexos a estos. No habrá amnistía, ni indulto para las graves violaciones a los derechos humanos ni las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
-Usted anunció que, a partir de ahora, entra a regir el cese del fuego bilateral. ¿Cómo se cumplirá?
-Eso es ni más ni menos que el fin de la guerra. A partir del domingo, las partes en conflicto cesarán para siempre sus hostilidades. Esa es la materialización del fin de la guerra de más de 50 años... Pero que quede claro: la fuerza pública seguirá persiguiendo a los grupos criminales que continúan al margen de la ley delinquiendo y atacando a la población civil.
-El negociador del gobierno, Humberto de la Calle, dijo que no es un acuerdo perfecto, pero es el mejor acuerdo posible. ¿Qué imperfecciones tiene?
-Por definición, no hay acuerdo perfecto. En una negociación, ambas partes ceden. Nosotros teníamos claras las líneas rojas y nunca las traspasamos. Este es un acuerdo bueno para los colombianos. Es razonable, y lo podemos cumplir. Es el mejor acuerdo posible y nos da la oportunidad histórica de poner fin a la guerra y construir con optimismo un país más seguro, mejor para nosotros y nuestros hijos.
-De la Calle también dijo que vendrán discusiones, ajustes y sacrificios. En su opinión, ¿qué tipo de sacrificios vienen?
-Este acuerdo es el primer paso para la construcción de una paz estable y duradera. Lo que tenemos los colombianos son grandes retos y oportunidades.
-¿Qué retos?
-Los de un país normal que resuelve sus conflictos por la democracia y que dedica todas sus capacidades y talentos a construir una sociedad más justa, más educada y más próspera.
-¿Por qué los negociadores del gobierno pidieron tener paciencia? ¿Paciencia para qué?
-Paciencia porque la paz no se puede hacer de afán. Necesitamos más de cinco años, entre conversaciones secretas y públicas, para llegar a un buen acuerdo. Tuvimos que armarnos de paciencia, pasamos por las duras y las maduras, pero lo logramos. Como dicen, la paciencia es la madre de todas las ciencias.
-Las FARC están obligadas a cumplir todas las condiciones de la paz, es decir, desmovilizarse, no traficar con droga, no estar armados, no atracar, no extorsionar, no secuestrar. Si violan esas prohibiciones, ¿qué pasa? ¿Serán tratados como delincuentes?
-Exactamente.
-¿En qué consiste la reparación económica a las víctimas del conflicto?
-Es un elemento clave del sistema de Justicia transicional. Esa reparación incluye el elemento económico. Las FARC, al someterse a la Justicia transicional, se comprometen a decir toda la verdad, pero también a contribuir con las medidas de reparación y resarcimiento a las víctimas. Los bienes o recursos en su poder deberán destinarse a este fin.
-Uno de los temas que ha originado más controversia es el de la representación de las FARC en el Congreso. ¿Cómo será eso?
-Inicialmente, las FARC tendrán seis voceros. Con voz, pero sin voto. La idea es que en el Congreso participen exclusivamente en los debates de implementación del acuerdo de paz.
-Y entonces, ¿cuándo podrían ser elegidos?
-En las elecciones de 2018 y 2022, como movimiento político sin armas. Deberán participar en los procesos electorales como cualquier otro partido político.
-¿Y si no tienen votos?
-El acuerdo garantiza una representación mínima de cinco senadores y cinco representantes a la Cámara, si es que no alcanzan el umbral, para ser elegidos
-¿Serán curules entregadas a dedo?
-¡No! No son curules a dedo. Solo se asignarán las que falten para completar cinco curules, de tal manera que cuando en la lista obtengan cinco o más no se asignará ninguna adicional. Y a partir de 2026 entrarán a participar sin ningún tipo de beneficio en las elecciones.
-Varios dirigentes han dicho que lo que se acordó en Cuba es el fin de la guerra y no el comienzo de la paz. ¿Eso es así?
-Lo dijimos en muchas ocasiones: lo que se acordó en La Habana con las FARC es la terminación del conflicto armado con esa organización. Se trata del primer paso para la construcción de una paz estable y duradera en la que debemos participar el gobierno, las FARC y toda la sociedad colombiana.
-El acuerdo obliga a la desmovilización de los milicianos de las FARC. ¿Qué va a pasar con los que están en las ciudades?
-Los milicianos que estén en las ciudades tendrán que hacer tránsito hacia las zonas veredales y allí empezar el proceso de reincorporación en la vida civil.
-¿Cómo hará usted para que las FARC cumplan su promesa de liberar a todos los menores reclutados?
-Al desaparecer las FARC como movimiento armado, se acaba todo el reclutamiento. En particular, el de menores. En el proceso de desarme y reincorporación, los menores serán tratados, por supuesto, como lo que han sido: víctimas. Y recibirán la protección del Estado que merecen.
-Y a partir del día en que se firme la paz, ¿qué pasará con los ex guerrilleros?
-Que dejan de existir como grupo armado e inician su tránsito hacia la vida civil. Para ello, se ubicarán en unas zonas del país, las zonas veredales transitorias de normalización, durante no más de 180 días, en donde dejarán las armas en manos de la ONU. Después empezarán su proceso de reincorporación a la sociedad e ingresarán en el sistema especial de Justicia.
Fuente: El Tiempo, GDA
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